
El uso de las criptomonedas se ha hecho tan popular que muchos países han empezado a considerar la posibilidad de crear sus propias criptomonedas digitales. Estas criptomonedas serán emitidas por los bancos centrales de estos países y son, en cierta medida, una representación digital de las monedas fiduciarias tradicionales. Por lo tanto, no pretenden sustituirlas, sino ofrecer a los usuarios opciones mucho más eficientes para realizar transacciones.
El hecho es que la mayoría de los bancos centrales del mundo han comenzado a realizar activamente algunas pruebas. Su objetivo es introducir en el mercado las monedas digitales de los bancos centrales. Esto ocurre en Asia, África, América y algunos países europeos.
Pero lo sorprendente es que los países más desarrollados del continente europeo y Estados Unidos, que es el país más importante del mundo con la infraestructura financiera ideal para desarrollar un proyecto de este tipo, no han conseguido avanzar mucho en este ámbito.
Es evidente que el desarrollo de un proyecto relacionado con las criptomonedas puede generar diversos problemas y conflictos a nivel legal. Muchos países mantienen cierta distancia en lo que respecta a las criptomonedas, ya que las consideran peligrosas. Es el caso de varios países europeos y, en cierta medida, de Estados Unidos, por lo que no se han decidido a dar el paso.
El gran problema, sin embargo, es que todo el mundo se está adelantando a EE.UU. en cuanto al desarrollo de las criptomonedas por parte de los bancos centrales. En concreto, China, que es el competidor económico y político directo de Estados Unidos desde hace años, lleva tiempo desarrollando su propia criptodivisa del banco central. Esto hace que Estados Unidos quede rezagado, y la hegemonía que la economía estadounidense ha mantenido durante años empieza a verse amenazada.
EE.UU. se queda atrás en la carrera
Es raro que Estados Unidos no esté a la cabeza de los grandes cambios políticos y económicos. Lo cierto es que sus reguladores han tardado más de lo esperado en tomar medidas relevantes a favor o en contra de las monedas digitales de los bancos centrales.
Lo que se sabe en este momento es que el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes de EE.UU. podría votar este proyecto de ley muy pronto. Algunos dicen que podríamos recibir nueva información de la Reserva Federal sobre el dólar digital el próximo mes, pero el problema es que un proyecto de ley como éste puede tardar más de lo previsto.
Dado que el dólar estadounidense fue durante muchos años la moneda más importante del mundo, el retraso de Estados Unidos con respecto al dólar digital es un problema grave. El dólar se ha posicionado como la moneda de reserva más dominante del mundo, y si no entra pronto en el mundo digital, algunos analistas del mercado dicen que la hegemonía del dólar podría terminar. En ese momento, la situación económica en Estados Unidos y en todo el mundo cambiaría drásticamente, por lo que hay que hacer cambios muy rápidamente.
Los Estados Unidos deben dar el paso muy rápidamente
El tiempo se agota cada día y muchos países ya han dado el paso, y aunque EE.UU. lo ha hecho en silencio, por la importancia del país, es el momento adecuado para tomar decisiones firmes. Si se observan las estadísticas más recientes publicadas por el Banco de Pagos Internacionales, alrededor del 90% de los bancos centrales del mundo han empezado a estudiar las monedas digitales del banco central.
Y si hablamos del mayor competidor de Estados Unidos, desde el año 2020, China ha puesto en marcha diferentes proyectos piloto de la moneda digital del país, por cierto, han prohibido el uso de criptomonedas, por lo que el proyecto está muy avanzado. Para Estados Unidos, este es el momento adecuado para iniciar la investigación y el desarrollo tempranos, porque si esperan mucho más, podría ser demasiado tarde.
Hasta ahora, no está claro qué cambios podría hacer Estados Unidos. Cabe destacar que Estados Unidos es el mayor mercado de criptomonedas del mundo. Esto significa que el desarrollo de una moneda digital del banco central podría causar algunos problemas a las criptomonedas tradicionales, o al menos ponerlas en peligro.
Esto es, por supuesto, una posibilidad, porque si bien Estados Unidos no ha sido el país más amigable con las criptomonedas, tampoco ha sido el más duro. Lo que sí es cierto es que en términos de innovación están un poco atrasados, aunque Estados Unidos lo está haciendo bien en la mayoría de los casos. El problema es que el desarrollo de una moneda digital del banco central puede llevar hasta cinco años, y el tiempo se agota.
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