
Lituania ha anunciado que ha terminado de construir una valla a lo largo de su frontera con Bielorrusia para luchar contra la inmigración ilegal.
La inmigración ilegal ha aumentado este año en Lituania, país miembro de la UE, con unos 4.200 inmigrantes, principalmente de Oriente Medio y África, que han cruzado la frontera desde el país vecino.
Occidente ha acusado al régimen del presidente Aleksandr Lukashenko de manipular los flujos migratorios por orden de Moscú como parte de una guerra «híbrida», acusaciones que Minsk ha rechazado.
Una valla de cuatro metros de altura hecha de alambre de espino se extiende unos 550 kilómetros a lo largo de la frontera compartida por ambos países.
La primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, anunció la finalización del proyecto y dijo que era «técnicamente imposible» levantar barreras físicas a lo largo de toda la frontera, que atraviesa lagos, ríos y pantanos, informa France24.
Lituania continúa con una política firme contra la inmigración ilegal
La dura política migratoria de Lituania ha sido criticada por los activistas de derechos humanos, y las autoridades de Vilnius han sido acusadas incluso de deportar ilegalmente a los solicitantes de asilo.
Sin embargo, Simonyte ha transmitido que su gobierno continuará con su política y está estudiando la posibilidad de mantener las restricciones a la migración sin imponer el estado de emergencia.
Sin embargo, reconoció que el plan suponía un reto para el derecho internacional.
El sábado, los guardias fronterizos lituanos denegaron la entrada a 125 inmigrantes, la cifra más alta desde principios de año.
Los policías fronterizos acusaron a sus colegas bielorrusos de ayudar a los inmigrantes a entrar ilegalmente en Lituania.
Desde el verano de 2021, miles de migrantes de Oriente Medio han cruzado o intentado cruzar desde Bielorrusia la frontera oriental de la UE hacia Letonia, Lituania o Polonia.
Occidente acusa a Bielorrusia de provocar la crisis atrayendo a los inmigrantes a la frontera europea con la exención de visado y la promesa de un paso fácil en represalia por las sanciones de la UE. La acusación ha sido rechazada por Minsk.