Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Queensland muestra que el virus Sars-Cov-2 puede desencadenar la misma respuesta inflamatoria en el cerebro que la enfermedad de Parkinson, induciendo un riesgo potencial de trastornos neurodegenerativos en el futuro.
Según el estudio publicado en la revista de la cartera de Nature, Molecular Psychiatry, la proteína de la espiga del virus COVID-19 fue suficiente para activar y desencadenar el inflamasoma, que podría iniciar un proceso crónico y sostenido de muerte de las neuronas.
«Estudiamos el efecto del virus en las células inmunitarias del cerebro, la «microglía», que son las células clave implicadas en la progresión de enfermedades cerebrales como Parkinson y Alzheimer»El martes, Trent Woodruff, coautor y profesor de farmacología de la Universidad de Queensland, dijo que la agencia de noticias china Xinhua informó de que la investigación se había llevado a cabo en el marco de un proyecto de investigación.
A partir de la sangre de un donante humano, los investigadores cultivaron microglías en el laboratorio e infectaron las células con el virus SARS-CoV-2. Descubrieron que las células «efectivamente se convirtió en «furiosa», activando la misma vía que las proteínas del Parkinson y el Alzheimer pueden activar en la enfermedad, los inflammasomas», añadió Woodruff.
«Así que si alguien ya está predispuesto a la enfermedad de Parkinson, tener COVID-19 podría ser como echar más combustible a ese ‘fuego’ en el cerebro»., advirtió Woodruff.
Woodruff dijo a Xinhua que el equipo está interesado en seguir investigando las diferentes variantes de la proteína de la espiga en la microglía porque creen que «algunas variantes más nuevas podrían tener una respuesta aún más fuerte».
Examinar el impacto a largo plazo de una infección previa por COVID-19 en el cerebro es también el siguiente objetivo de los investigadores.
«Estamos interesados en infectar a los ratones con el virus, dejar que se recuperen y, a continuación, supervisar los síntomas motores y cognitivos de los ratones a medida que envejecen. También podemos inducir la enfermedad de Parkinson en ratones para ver si tienen una respuesta exacerbada tras recuperarse de la infección.», añadió el científico, según newspapers.com.