
En un país que se enfrenta a un grave problema de salud cardiovascular, es necesario insistir una y otra vez en la importancia de los ácidos grasos Omega-3 en nuestra dieta diaria. El aceite de pescado, que puede obtenerse de varios tipos de peces, es una rica fuente de dos ácidos grasos Omega-3 vitales: el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). El contenido de estos ácidos es fundamental para mantener nuestra salud y luchar contra las complicaciones, como la inflamación, la grasa del hígado, la depresión, etc. El hecho más importante es que nuestro cuerpo no puede producir ácidos grasos Omega-3. Esta es la razón por la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingesta de pescado cada semana.
Sin embargo, las necesidades de ácidos grasos Omega-3 del organismo también pueden satisfacerse mediante los suplementos disponibles en el mercado. Pero hay algunos mitos en torno a ellos que aumentan el dilema de la gente. Vamos a profundizar en los mitos y la realidad.
Mito 1: Todas las fuentes de ácidos grasos Omega-3 son igualmente importantes
Realidad: Sólo los pescados grasos contienen todos los ácidos Omega-3, incluidos el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Otras fuentes no aportan el mismo valor. El ácido alfa-linolénico (ALA), otro tipo de Omega-3, puede obtenerse a través de fuentes vegetales como las semillas de lino, las semillas de chía, las nueces y la soja. El cuerpo también convierte el ALA en EPA y DHA, pero la tasa de conversión es lenta. Por esta razón, consumir pescado graso o tomar un suplemento de aceite de pescado de alta calidad es considerablemente superior a la ingesta de suplementos de Omega-3.
Mito 2: Tomar aceite de pescado aumenta el peso corporal
Realidad: La realidad es que los ácidos Omega-3 ayudan a mejorar tu metabolismo, lo que te ayudará a quemar más calorías y a deshacerte de los kilos de más. Además, ayudan a combatir la inflamación creada por la obesidad y los problemas cardiovasculares asociados. Por lo tanto, debido a sus cualidades antiinflamatorias, el Omega-3 también puede ayudar a controlar los problemas provocados por la obesidad.
Mito 3: Comer pescado es la mejor manera de obtener ácidos grasos Omega-3
Realidad: Definitivamente, el pescado es la mejor fuente de ácidos Omega-3, pero no todas las variedades pueden proporcionar las cantidades necesarias de ácidos para satisfacer las necesidades diarias. Además, el pescado es vulnerable a la contaminación del agua. En su sistema pueden entrar sustancias nocivas como el mercurio que, al ser ingeridas, entran en el cuerpo humano y afectan a la salud en general. Por ello, se pueden utilizar suplementos de Omega-3 para satisfacer las necesidades diarias.
Mito 4: Sólo una pequeña cantidad de ácidos Omega-3 puede funcionar
Realidad: Es posible que los ácidos grasos Omega-3 no puedan llevar a cabo su cometido si la dosis es inferior a la necesaria. Según varios trabajos de investigación, los pacientes con ansiedad que ingirieron suplementos de Omega-3 con más de 2000 mg de EPA/DHA al día observaron considerables beneficios terapéuticos. También han surgido correlaciones similares entre la dosis de Omega-3 y las ventajas de sus características antiinflamatorias.
Mito 5: Los suplementos de aceite de pescado sólo son eficaces en problemas cardíacos
Realidad: Esto no es cierto. Los suplementos de aceite de pescado pueden ayudarte a mantener un buen estado de las articulaciones, los ojos, la piel y las funciones cerebrales. El DHA desempeña un papel crucial en el crecimiento del cerebro durante la infancia. Además, puede ayudar a prevenir la demencia y otros problemas cognitivos como la enfermedad de Alzheimer. Además, el Omega-3 ayuda a reducir la inflamación y los problemas relacionados con las articulaciones, como la artritis reumatoide.
Sin embargo, cuando se trata de reducir la lipoproteína de baja densidad (LDL), que también se conoce como colesterol «malo», no hay pruebas de que los ácidos Omega-3 lo reduzcan. De hecho, una revisión bibliográfica de 2013 descubrió que el aceite de pescado puede en realidad aumentar los niveles de LDL en algunas personas.
Mito 6: Todos los suplementos de aceite de pescado ofrecen los mismos beneficios
Realidad: En realidad, los beneficios de los suplementos dependen de las fuentes, el tipo de Omega-3 (ALA vs EPA/DHA) y su concentración. Por lo tanto, es importante que entiendas los componentes del suplemento que estás eligiendo. Hay que tener cuidado con la calidad para obtener los máximos beneficios.