
La diabetes no se desarrolla de la noche a la mañana y no siempre podemos culpar a nuestra genética. Los patrones de alimentación erróneos, la falta de actividades físicas, el estrés prolongado, las horas de trabajo sin dormir bien, la falta de descanso adecuado y los factores ambientales son igualmente desencadenantes. En resumen, al final eres tú quien decide sobre tu salud.
Si modificamos nuestro estilo de vida, una buena dieta, junto con la cantidad adecuada de ejercicio o el yoga y el pranayama diarios, nos ayuda a conseguir fuerza física y mental. La naturopatía te ayuda a conseguir un estilo de vida sin diabetes. He aquí algunos consejos para conseguir un estilo de vida sin diabetes:
1. Remoja dos cucharadas de semillas de chía/albahaca durante la noche en un vaso de agua a temperatura ambiente. Al levantarse, beba esta agua junto con las semillas remojadas en ayunas. Las semillas de chía/albahaca son una buena fuente de fibra soluble, por lo que esta bebida ayuda a reducir la carga glucémica y los picos de insulina en el organismo. Las semillas de chía son ricas en antioxidantes, ácidos grasos Omega 3 y también en magnesio, que han demostrado reducir el riesgo de diabetes de tipo 2. Además, 28,35 g de semillas de chía secas aportan casi 10 g de fibra. Lo ideal es que un adulto consuma unos 34 g de fibra al día.
2. Prepara un zumo con 2/3 de amlas / grosellas indias crudas y un vaso de agua a temperatura ambiente. Tómelo por la mañana temprano con el estómago vacío. Este zumo es una buena fuente de vitamina C y también actúa como un laxante que ayuda a eliminar las toxinas acumuladas en el cuerpo. Mejora el metabolismo de la glucosa en sangre, reduce los niveles de azúcar y previene la resistencia celular a la insulina.
3. Sustituya los cereales de una sola vez por un plato de mijo (90-100gm de mijo al día). Para la siguiente comida, sustituya los cereales por verduras. Esta combinación de bajo índice glucémico y fibra ayuda a prevenir y revertir la diabetes.
4. Manténgase hidratado bebiendo un mínimo de tres litros de agua al día.
5. Sustituye las frutas dulces por cítricos y frutas semimaduras.
6. Cuenta los colores naturales en tu dieta, es decir, sigue una dieta Arco Iris. Esto significa que debes incluir un mínimo de siete colores de frutas y verduras en la dieta. De este modo, el cuerpo recibe suficientes fitoquímicos.
7. Dormir entre siete y ocho horas por la noche aumenta la posibilidad de revertir la diabetes en un 30%.
8. 8. Fortalecer el músculo sóleo caminando o con otro tipo de entrenamiento de fuerza, ya que es el músculo más importante que contribuye al metabolismo de la glucosa.
9. Quemar la grasa del vientre con prácticas yóguicas y kriyas.
10. Mantén los niveles de vitamina D óptimos exponiéndote a la luz solar o bien recurriendo a suplementos.
11. Las aplicaciones/compresas frías cortas en el abdomen son un método excelente para mejorar su metabolismo y vitalidad. Esta terapia ayuda a aumentar la circulación en la zona del abdomen, lo que a su vez ayuda a la digestión.
Qué es la diabetes sino la incapacidad básica de las células del cuerpo para utilizar la insulina, lo que se conoce como resistencia a la insulina. Debido a esto, aunque el páncreas produce insulina, nuestras células son incapaces de utilizarla para la captación de glucosa. Clínicamente, un nivel de insulina sérica en ayunas superior a 60 pmol/L se considera un estado de resistencia a la insulina. La resistencia a la insulina es una anormalidad metabólica compleja y una preocupación común tanto en prediabéticos como en diabéticos. Afecta a la capacidad de los tejidos periféricos para utilizar la insulina, lo que perjudica la utilización periférica de la glucosa y da lugar al desarrollo de hiperglucemia. Los principales tejidos periféricos afectados son el hígado, el músculo esquelético y el tejido adiposo, ya que son los principales lugares sensibles a la insulina. En la resistencia a la insulina, los parámetros bioquímicos como el nivel de glucosa en sangre, el nivel de triglicéridos en sangre y el nivel de colesterol en sangre aumentan, mientras que el nivel de colesterol HDL en sangre disminuye, lo que a su vez contribuye a las enfermedades cardiovasculares y al síndrome metabólico.