Si desea adelgazar y mantenerlo ahí, entonces ayuno intermitente (FI) puede no funcionarle. Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Heart Association ha afirmado que la frecuencia y el tamaño de las comidas tienen un impacto más significativo en el peso que el intervalo de tiempo en el que se come. Los resultados indican que restringir la alimentación a ciertas horas del día con el ayuno intermitente puede ser ineficaz para que las personas pierdan peso a largo plazo. A la luz de este estudio, Ushakiran Sisodia, nutricionista clínico y jefe del Departamento de Dietética del Hospital Nanavati Max, ayuda a descifrar el impacto a largo plazo en la salud de la alimentación restringida en calorías.
1. ¿Por qué la restricción calórica es más eficaz que el ayuno intermitente? Explique las razones clínicas que lo justifican.
La restricción calórica y el ayuno intermitente son dos enfoques diferentes para la pérdida de peso y ambos han sido estudiados en ensayos clínicos. Aquí están algunas de las ventajas clínicas de la restricción de calorías sobre el ayuno intermitente según estudios médicos:
Pérdida de peso: Restricción calórica ha demostrado ser eficaz para la pérdida de peso en varios ensayos clínicos. En un estudio se observó que la restricción calórica produjo una pérdida de peso media del ocho por ciento en seis meses, frente a una pérdida de peso del cuatro por ciento en el grupo de control.
Mejora de la salud metabólica: Se ha demostrado que la restricción calórica mejora varios marcadores de la salud metabólica, como la sensibilidad a la insulina, los niveles de glucosa en sangre y los perfiles lipídicos.
Salud cardiovascular: Algunos estudios han descubierto que la restricción calórica puede mejorar la salud cardiovascular reduciendo la inflamación y el estrés oxidativo.
Aumento de la esperanza de vida: Se ha demostrado que la restricción calórica aumenta la esperanza de vida en varias especies, incluidos monos y roedores, y se ha propuesto como posible intervención para el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad.
Mejor adherencia: La restricción calórica suele ser más fácil de cumplir que el ayuno intermitente, que puede resultar difícil de mantener para algunas personas. Aunque tanto la restricción calórica como el ayuno intermitente han demostrado ser eficaces para perder peso y mejorar la salud, la restricción calórica puede ser un enfoque más adecuado para algunas personas debido a sus posibles beneficios para la salud y a su mejor adherencia.
2. ¿Cuál debe ser la frecuencia y el tamaño de las comidas cuando hablamos de restricción calórica?
La frecuencia y el tamaño de las comidas para lograr una pérdida de peso saludable pueden variar en función de las necesidades y los objetivos individuales. Sin embargo, existen algunas reglas básicas comunes sobre la frecuencia y el tamaño de las comidas para favorecer la pérdida de peso. El objetivo debe ser realizar de tres a cinco comidas pequeñas al día, en lugar de dos o tres comidas grandes. Esto puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, reducir el hambre y fomentar la sensación de saciedad. Reduzca el tamaño de las raciones y procure que las comidas tengan entre 400 y 600 calorías, dependiendo de las necesidades calóricas de cada persona. Esto puede ayudar a reducir la ingesta calórica total y favorecer la pérdida de peso.
Cuando planifique u ordene sus raciones mensuales o comidas diarias, opte por alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales, que le ayudarán a saciarse con menos calorías y le aportarán nutrientes esenciales. Acompaña tus comidas con abundante agua a lo largo del día para ayudar a reducir el hambre y favorecer la pérdida de peso.
Y lo que es más importante, practique la alimentación consciente. Presta atención a las señales de hambre y saciedad, y come despacio para dar tiempo al cerebro a registrar la saciedad. Es importante consultar a un profesional sanitario, como un dietista titulado, para obtener recomendaciones personalizadas basadas en las necesidades y objetivos individuales. Ellos pueden ayudar a diseñar un plan de comidas que tenga en cuenta las necesidades calóricas personales, las restricciones dietéticas y los factores del estilo de vida para favorecer una pérdida de peso saludable.
3. La supresión del apetito puede ser un efecto secundario del tratamiento contra el cáncer, y la pérdida excesiva de peso puede suponer un riesgo para la salud de las personas que reciben tratamiento. ¿Es cierto que el ayuno intermitente puede provocar estos efectos secundarios?
El ayuno intermitente puede provocar una supresión temporal del apetito en algunas personas. Sin embargo, también puede producirse una pérdida de peso excesiva en las personas que practican el ayuno intermitente, sobre todo si no alimentan adecuadamente su organismo durante los periodos de ingesta. Podemos compartir algunas desventajas comúnmente observadas del ayuno intermitente:
Desequilibrios hormonales: El ayuno intermitente puede alterar las hormonas responsables de regular el hambre y el metabolismo, como la insulina y la leptina.
Deshidratación: El ayuno puede causar deshidratación debido a la disminución de la ingesta de líquidos y al aumento de la pérdida de líquidos a través de la micción.
Deficiencias de nutrientes: Si no se planifica adecuadamente, el ayuno intermitente puede provocar carencias de nutrientes, sobre todo de micronutrientes como vitaminas y minerales.
Hambre y bajos niveles de energía: El ayuno intermitente puede provocar sensación de hambre y bajos niveles de energía, que pueden ser difíciles de tolerar, especialmente para las personas con agendas apretadas.
Es importante tener en cuenta que la experiencia de cada persona con el ayuno intermitente será diferente, y puede no ser adecuado para todos. Las personas deben consultar a su médico antes de comenzar cualquier programa nuevo de dieta o ejercicio, incluido el ayuno intermitente, para determinar si es seguro y apropiado para sus circunstancias individuales.
Además, es cierto que algunos resultados del ayuno intermitente son similares a los síntomas de las principales enfermedades crónicas y el cáncer, como la fatiga, la disminución del apetito y la pérdida de peso. Sin embargo, existen diferencias clave que pueden ayudar a distinguir entre ambos.
Inicio repentino: Los síntomas de enfermedades graves como el cáncer suelen desarrollarse de forma repentina y progresar rápidamente, mientras que los inconvenientes del ayuno intermitente pueden desarrollarse gradualmente a lo largo del tiempo con el ayuno continuado.
Otros síntomas: Los síntomas del cáncer suelen incluir síntomas adicionales como dolor, fiebre y cambios en los hábitos intestinales o vesicales, mientras que estos síntomas no suelen asociarse al ayuno intermitente.
Duración: Los síntomas de las principales enfermedades crónicas persisten y suelen empeorar con el tiempo, mientras que las desventajas del ayuno intermitente pueden mejorar con ajustes en el régimen de ayuno o interrumpiendo el ayuno por completo.
Evaluación médica: Los síntomas del cáncer deben motivar una evaluación médica, que incluya pruebas diagnósticas, para determinar la causa subyacente, mientras que los inconvenientes del ayuno intermitente a menudo pueden abordarse realizando cambios en el régimen de ayuno o buscando consejo médico.
Si experimenta algún síntoma inusual, es importante buscar una evaluación médica para determinar la causa. Su médico puede ayudarle a determinar si sus síntomas están relacionados con el cáncer o si son el resultado de una afección diferente, como las desventajas del ayuno intermitente.
¿Cuáles son los beneficios del ayuno intermitente?
Las ventajas son relativamente fáciles de cumplir, ya que sólo requiere un día de ayuno a la semana y puede ser tan simple o complicado como la persona quiera hacerlo. Además, el ayuno intermitente es conveniente para las personas con estilos de vida ocupados que no quieren la molestia adicional de realizar un seguimiento de sus comidas y contar las calorías. Por último, algunos estudios han relacionado el ayuno intermitente con un menor riesgo de enfermedad, aunque se necesita más investigación en este campo antes de poder extraer conclusiones definitivas.