Missouri sigue plagado de juegos de azar de dudosa legalidad y las grandes empresas no están tomando la suficiente iniciativa para inclinar la balanza a favor de una regulación más estricta.
Las leyes de Missouri no son claras y causan problemas
Phillips 66 – el proveedor de energía con sede en Texas, es un importante proveedor de combustible en Missouri y Bernardo Fallas – un portavoz de Phillips 66 – ha sido reportado diciendo en un correo electrónico que la compañía no «aprueba el juego ilegal o cualquier otra actividad ilegal» en sus estaciones de marca. Además, Fallas ha dicho que se espera de estos locales que «cumplan las leyes locales y estatales».
Esto se produce ante una plaga de máquinas de juego de dudosa legalidad que se extiende por todo Missouri en gasolineras, restaurantes, bares e incluso tiendas de conveniencia. Phillips 66 ha emitido este comunicado, aclarando que no autoriza la instalación de máquinas ilegales en los locales que llevan su marca.
Las máquinas en cuestión se denominan «pre-revelación» o «sin oportunidad». Su funcionamiento consiste en que proporcionan al jugador el conocimiento de si una apuesta es ganadora o perdedora antes de que se haya jugado. Sin embargo, para hacer otra apuesta, independientemente del resultado de la primera, es necesario jugarla. Los juegos se parecen mucho a los de las máquinas tragaperras, pero la mecánica de «pre-revelación» da pie a debatir si se trata o no de un juego de azar. Al menos eso es lo que apuestan los fabricantes de máquinas, que han empezado a extenderse como un reguero de pólvora por todo Missouri, subidos a la ola de la incertidumbre.
El comunicado de Phillips 66 no aprueba directamente las máquinas, ni adopta una postura firme al respecto. Todo lo que dice es que no sanciona el juego ilegal en sus locales. Sin embargo, la legalidad o no de estos juegos «pre-revelación» sigue siendo una disputa legal abierta que, de facto, convierte su instalación en una zona «gris», permitiendo a los fabricantes instalar o distribuir las máquinas de juego en todo el estado de Missouri.
Se avecina una batalla legal
La falta de claridad normativa sobre estas máquinas se debe, no por casualidad, al menos en parte, si no casi en su totalidad, a los grupos de presión de los fabricantes. Uno de los ejemplos más destacados es Torch Electronics, con sus dudosas donaciones. El último caso fue un total de 250.000 dólares en donaciones a comités de acción política (PAC) locales, y cada PAC recibió 40.000 dólares. Todos los PAC -Conservative Leaders of Missouri, Missouri Senior PAC, Missouri Growth PAC, MO Majority PAC, Missouri C PAC y Missouri AG PAC- están asociados a Steve Tilley, que actualmente es un cabildero de Torch y es un ex presidente de la Cámara.
Además, empresas de la vecina Arkansas también están saltando a la palestra, a saber, Lone Wolfe Entertainment LLC y PB08 Electronic Ventures Inc. agravando aún más la difusión de las máquinas pre-revelación.
Otras acciones menos sabrosas de las empresas que tratan de oponerse a los cambios en el statu quo, incluyendo la presentación de demandas contra los organismos reguladores estatales. En el caso de Torch, se trata de una demanda contra la Patrulla de Carreteras del Estado de Missouri (MSHP), que por su parte ha llevado a cabo múltiples redadas, confiscando máquinas de Internet y gasolineras, por ejemplo, así como una redada en el Centro Comercial de Springfield, que ya fue hace más de un año. Se une a la demanda del lado de Torch, independientemente de la declaración de Phillips 66, Warrenton Oil, de la que Phillips es proveedor.
Mientras las leyes de Missouri sigan siendo ambivalentes y el estatus legal de estos juegos no esté claro, es una apuesta segura que los fabricantes continuarán su expansión en el Estado de Show-Me. Si no se incluyen los juegos previos a la apertura en la lista de juegos regulados, los ingresos del juego no se utilizarán para la educación o el tratamiento de la adicción, como suele ocurrir con los juegos de azar gravados, en los que las campañas de información pública sobre la ludopatía y la ayuda a los afectados son habituales.