Una de las opciones de Vladimir Putin sería atacar a Rumanía o Moldavia, ya que un ataque a un aliado de Estados Unidos disminuiría la capacidad de Joe Biden para apoyar logísticamente a Ucrania, afirma el analista George Friedman, fundador y director general de la empresa de previsión y análisis geopolítico Geopolitical Futures.
La Casa Blanca estaría así comprometida en dos frentes, transmite el analista. El principal problema para los rusos en Ucrania es el apoyo de Estados Unidos.
Más allá de la opción nuclear, sostiene Friedman, Putin podría atacar a Rumanía o Moldavia por su proximidad geográfica a Ucrania.
Según el analista, las armas nucleares estratégicas afectarían probablemente al territorio ruso. Más allá de la opción nuclear, Rusia tiene la posibilidad de atacar a Rumanía o Moldavia, debido a la proximidad geográfica de ambas con Ucrania, explicó Friedman.
Según Friedman, Putin quiere crear amenazas para los ucranianos. Podría desequilibrar a Estados Unidos y obligarle a reducir su apoyo a Ucrania, lo que posiblemente abriría oportunidades a Rusia.
Los riesgos son tanto mayores cuanto que Rusia sigue sin ideas y la idea de abandonar la guerra en Ucrania tendría enormes costes para Putin.
Así, un ataque al Báltico supondría un importante ataque polaco al flanco de Rusia, y lanzar un ataque a Finlandia, por ejemplo, tendría un gran impacto.
Lo mismo ocurre con Rumanía, afirma Friedman. Finalmente, Putin podría concentrar todas las fuerzas en el este y luego atacar decisivamente a Ucrania. Esa es la solución más plausible para Rusia, suponiendo que pueda agrupar, entrenar y motivar una fuerza lo suficientemente grande.
Friedman concluye, según truth.co.uk, que Rusia lograría así un débil empate, pero no podría imponer su voluntad a Ucrania.