Los grupos de apoyo pueden desempeñar un papel destacado en el restablecimiento de nuestra salud mental y nuestro bienestar. A veces, las personas que padecen problemas de salud crónicos, que tienen enfermedades relacionadas con la salud mental, que han perdido a algún familiar o que son cuidadores de pacientes terminales, pueden afrontar mejor sus experiencias formando parte de grupos de apoyo y aprendiendo unos de otros.
Un grupo de apoyo es una reunión de personas que están pasando por un mal momento debido a razones médicas, enfermedades mentales u otras luchas personales.
Tienen la oportunidad de compartir sus historias y luchas personales. Y a través de las discusiones, se centran en cómo pueden ayudarse mutuamente y vivir cada día sintiéndose mejor que antes. También es el espacio en el que aprenden a sobrellevar la carga que llevan y cómo pueden proceder para afrontarla y tratarla. Lo mejor de todo es que ofrece un entorno no amenazante. Un médico puede ser clínico y frío en su evaluación, los miembros de la familia pueden no ser capaces de entenderte, pero un grupo de apoyo es el ancla perfecta y te devuelve a la rutina.
A continuación se exponen algunas formas en las que los grupos de apoyo pueden ser útiles:
1) Obtener conocimientos prácticos e información: Poder hablar con otras personas que están pasando por experiencias similares puede ayudarte a adquirir conocimientos sobre los aspectos prácticos de tu enfermedad que quizá no conozcas. Los grupos de apoyo pueden proporcionarse información mutuamente, lo que puede ser útil a largo plazo. A veces, se accede a mejores recursos de aprendizaje y a referencias de los mejores médicos y expertos.
2) Reconoce que no estás solo en tus experiencias: Una de las formas más eficaces en que los grupos de apoyo pueden ayudar es permitiendo a las personas reconocer que no están solas en su experiencia de angustia y dolor. Se sienten menos solas y aisladas y más seguras al saber que no son las únicas que están siendo probadas. De alguna manera, se sienten aliviados al saber que puede haber una forma de salir del atolladero.
3) Compartir los sentimientos es reconfortante: Aferrarse constantemente a los sentimientos difíciles puede agravar los retos diarios para afrontarlos.Compartir experiencias similares con otros fomenta un espacio en el que uno no se siente juzgado. Por el contrario, todos se sienten más apoyados y reconfortados. Si has sido un solitario, un grupo de apoyo es la mejor manera de mejorar tus habilidades sociales.
4) Encuentra formas alternativas de afrontar la situación: A menudo, en una situación de estrés, las personas pueden desarrollar una visión de túnel y sentirse limitadas en cuanto a la forma en que creen que pueden gestionar y afrontar las situaciones. Tener acceso a otras personas permite desarrollar una perspectiva y comprender que hay otras formas en las que una persona puede enfrentarse y encontrar maneras de cuidar de sí misma o de los miembros de su familia.
5) Da poder: El número de personas es seguro y uno se siente capacitado en un grupo de apoyo. Los compañeros de fatigas son capaces de comprender y empatizar realmente con lo que le ocurre al individuo. Y cuando ves que los miembros del grupo se recuperan, tú también quieres mejorar. Y cuando has recuperado tus amarras y te sientes mejor tú mismo, puedes ayudar a los demás. Además, te comprendes mejor a ti mismo y puedes hacer frente a futuros retos.
6) Mantener la motivación: Formar parte de un grupo de apoyo puede mantenerte lo suficientemente motivado como para negociar el complicado terreno de atravesar una enfermedad, afrontar el duelo y la pérdida o ayudar a un familiar a afrontar situaciones traumáticas. Los miembros de los grupos de apoyo suelen reunirse para recordarse unos a otros y ayudarse a levantar el ánimo.
Al final, los grupos de apoyo neutralizan las inhibiciones y permiten conversar sobre las formas de mantener la esperanza, el positivismo y el optimismo ante circunstancias excepcionalmente difíciles.