Aunque la cuajada forma parte del ritual indio después de las comidas, muchos se preguntan si su consumo prolongado ayuda a perder peso o no. Ahora los nutricionistas dicen que, si se toma de la manera correcta, la cuajada es buena para construir una salud intestinal robusta, que puede animar el sistema, prevenir la resistencia a la insulina y, por extensión, la obesidad.
«Mucha gente cree que comer cuajada es el fin de todo. Eso no es cierto. Permite un buen metabolismo y mejora la salud intestinal en general. Su riqueza en probióticos y calcio puede mantener el IMC bajo control al impulsar el metabolismo. Pero el principal beneficio proviene de los probióticos o bacterias buenas. Ahora bien, para que la cuajada sea un estimulante eficaz del metabolismo, es necesario que ciertas hebras de estas bacterias estén presentes en cantidades suficientes. El dahi normal que hacemos en casa no tiene todos estos elementos en la concentración necesaria. Así que, mientras que la cuajada casera crea un hábito y facilita la salud digestiva, hay que tomar una cuajada probiótica que tenga estas cepas de bacterias buenas: Lactobacillus bulgaricus, Streptococcus thermophilus, Lactobacillus casei y Bifidus», dice Ritika Samaddar, jefa regional del Departamento de Nutrición Clínica y Dietética de Max Healthcare.
Las bacterias vivas y necesarias presentes en la cuajada ayudan a mejorar la digestión y a eliminar los residuos del cuerpo más rápidamente. Se sabe que el Lactobacillus bulgaricus reduce el amontonamiento intestinal y, en el proceso, elimina las toxinas que pueden causar problemas de salud. «La cuajada, al estar formada por la fermentación, debido a la cual los sólidos de la leche se aíslan del líquido, tiene una cantidad concentrada de proteínas, superior a la de la leche. Las proteínas tardan en digerirse o descomponerse y, por tanto, dan sensación de saciedad al estómago. No tendrás ganas de comer entre horas y esto vuelve a controlar tus punzadas de hambre y, por extensión, el aumento de peso».
La cuajada es rica en calcio, que fortalece los huesos y ayuda a mantener el peso. «El calcio restringe la creación de cortisol, que impide que el cuerpo aumente de peso. Así que, en ese sentido, la cuajada puede ayudar a combatir el cortisol. Además, la cuajada es un gran complemento para los intolerantes a la lactosa», dice Samaddar. El Lactobacillus bulgaricus convierte la lactosa presente en la leche en ácido láctico, por lo que no queda ningún estresante.
La cuajada es rica en minerales como el potasio y el magnesio, que facilitan que el exceso de agua de las células salga y llegue a la vejiga con facilidad, manteniendo los niveles de presión arterial.
No hay ningún régimen para comer cuajada. «Se puede tomar a cualquier hora del día y de la noche, posiblemente después de las comidas. La gente teme tomarla después de la puesta de sol, pensando que la cuajada puede agriarse o que pueden coger un resfriado. Pero nada de esto es cierto. Es una gran ayuda digestiva y puede tomarse fácilmente tres veces al día. Te mantiene en forma», añade Samaddar.
