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Burnout y aislamiento: Por qué los empleados y directivos no pueden ignorar el impacto social y de salud mental del trabajo desde casa

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Burnout y aislamiento: Por qué los empleados y directivos no pueden ignorar el impacto social y de salud mental del trabajo desde casa

El COVID-19 pandemia ha provocado una serie de males en el lugar de trabajo, como «la gran dimisión», el «abandono silencioso», el «sobreempleo», la escasez de mano de obra y los conflictos entre directivos y empleados por volver al trabajo presencial.

El agotamiento y el bienestar de los empleados pueden estar en el centro de varios de estos problemas.

Dos nuevos estudios ponen de manifiesto la importancia de la conexión social en el lugar de trabajo e ilustran por qué trabajar desde casa puede no ser la solución óptima en el lugar de trabajo. Híbrido trabajo desde casa los horarios pueden ayudar a prevenir el agotamiento y mejorar la salud mental.

Entonces, ¿qué es el burnout?

La Clasificación Internacional de Enfermedades describe burnout como «un síndrome conceptualizado como resultado de un estrés laboral crónico que no ha sido gestionado con éxito». Como condición diagnosticable, el burnout consta de tres síntomas: agotamiento físico, desvinculación con el trabajo y los colegas, y cinismo por el propio trabajo y la carrera

Para muchos de los que han experimentado el burnout, puede sentirse como la metáfora que lo describe: algo parecido a un palo de cerilla quemado y marchito, frío al tacto.

¿Qué causa el burnout y cómo puede detenerse?

Según una investigación mundial, aproximadamente el 50% de los empleados y el 53% de los directivos están quemados tras la pandemia del COVID-19. Está claro que los lugares de trabajo no prosperan.

Como epidemiólogo social que estudia la el malestar emocional en el contexto de las crisis de salud pública, he querido comprender qué factores contribuyen al agotamiento y cómo puede gestionarse con éxito, sobre todo teniendo en cuenta los retos actuales creados por el COVID-19.

Se podría pensar que a estas alturas los investigadores ya saben todo lo que hay que saber sobre el burnout. Después de todo, el burnout se ha estudiado al menos desde finales de la década de 1970.

Muchos de los estudios realizados desde entonces se han centrado en las condiciones del lugar de trabajo, como el salario, el horario, los estilos de dirección y el nebuloso «cultura del lugar de trabajo.» Por ello, la gestión del burnout se ha centrado a menudo en remodelar los entornos de trabajo y reformar a los malos gestores. Aunque, por supuesto, esto es necesario, no está claro que sea suficiente.
Con la aparición de la pandemia, muchas personas tienen nuevos niveles de conciencia sobre la imposibilidad de separar el trabajo de la vida.

Para algunos, esa conciencia proviene de cómo cansado que están cuando llegan a casa después de un turno. Para otros que trabajan desde casa, puede venir de la desaparición de la división entre el hogar y la oficina.

En cualquier caso, nuestro bienestar emocional y psicológico nos acompaña tanto si estamos en el trabajo como en casa. Por ello, tiene sentido que adoptemos una visión holística del burnout. La conexión social es un factor clave del burnout.

Los costes y beneficios sociales de trabajar desde casa

En un estudio reciente realizado por mi laboratorio en la Universidad Simon Fraser, intentamos identificar los factores de riesgo más importantes para burnout.

Se analizaron diversas variables, incluidos los factores clásicos de la carga de trabajo, la satisfacción con el salario, la dignidad en el lugar de trabajo, el control sobre el propio trabajo y la adecuación del salario, así como otras variables más novedosas, como la propiedad de la vivienda, una serie de factores demográficos, el apoyo social y la soledad.

Al llevar a cabo este estudio, descubrimos que la soledad y la falta de apoyo social son los principales factores que contribuyen al agotamiento, tal vez tan importantes, si no más, que la salud física y la seguridad financiera.

En resumen, el estudio contribuye a una creciente comprensión del burnout como un problema social impulsado por el aislamiento.

Una fuente potencial y en evolución de aislamiento es la tendencia emergente de trabajar desde casa. Como muchas personas han tenido el privilegio de aprender, hay muchos beneficios de trabajar desde casa.

Permite a las personas ahorrar tiempo en sus desplazamientos y tener más libertad para hacer las tareas de la casa o tomar un rápido siesta en sus descansos. Esto significa que tienen más tiempo y energía para los amigos y la familia al final del día.

Por otro lado, trabajar desde casa significa perderse esas conversaciones en la nevera y los choques casuales con los compañeros de trabajo, que tienen un impacto sorprendentemente profundo en el bienestar.

Además, teniendo en cuenta la importancia de los lugares de trabajo y las escuelas para encontrar y construir amistadesLa pérdida de estos espacios podría tener graves consecuencias a largo plazo para la salud social de las personas, sobre todo si el tiempo que se pasa con otros en el trabajo se pasa ahora solo en casa.

La importancia de la conexión social para la salud y la felicidad

Para comprender las repercusiones del trabajo desde casa en la salud mental, mi equipo realizó un segundo estudio para analizar las diferencias en la salud mental autocalificada de las personas que sólo trabajan desde casa, sólo en persona, o que trabajaron parcialmente en persona y parcialmente en casa.

Se controlaron factores potencialmente importantes como los ingresos, las horas de trabajo, la ocupación, la edad, el sexo y el origen étnico.

Nuestros resultados mostraron que el 54% de los que trabajaban sólo en persona y el 63% de los que trabajaban sólo en casa informaron de una buena o excelente salud mental.

A partir de estos resultados, se podría concluir que trabajar desde casa es lo mejor para la salud mental, un hallazgo contrario a un número creciente de estudios que destacan las desventajas y los desafíos de trabajar desde casa.

Sin embargo, hay una trampa: la friolera del 87% de los que declararon un trabajo (lo que significa que trabajan en parte en persona y en parte en casa) tienen una salud mental buena o excelente.

Aunque el tipo de trabajo realizado en casa y en persona sin duda determina estas tendencias, nuestros resultados apuntan a la posibilidad de que el trabajo híbrido pueda ofrecer a los empleados lo mejor de ambos mundos, especialmente en el contexto de nuestro primer estudio, que destacó la importancia de la conexión social para el bienestar en el lugar de trabajo.

De hecho, los acuerdos de trabajo híbrido pueden permitir a los empleados mantener esas conexiones positivas con los compañeros y, al mismo tiempo, proporcionar un mejor equilibrio entre el trabajo y vida.

Realmente puede ser lo mejor de los dos mundos, al menos para los que pueden trabajar de esta manera.

Mientras empleados y empresarios siguen adaptándose a la nueva normalidad en medio de la COVID-19 pandemia, nuestra investigación nos recuerda con fuerza la importancia de la conexión social.

Es demasiado fácil olvidar que las relaciones sociales y las comunidades fuertes son la base de la salud y la felicidad dentro y fuera del lugar de trabajo.

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