China prueba un coche volador y demuestra que sigue siendo uno de los principales actores en el mercado de la innovación automovilística. Investigadores de la Universidad Jiaotong del Sudoeste, en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan, han probado ocho vagones modificados que utilizan imanes para flotar 35 milímetros por encima de un carril conductor.
Según la agencia de noticias Xinhua, los chinos fijaron imanes extremadamente potentes al suelo de los vagones, lo que les permitió levitar sobre un carril conductor de casi 8 km de longitud.
El coche volador que alcanzó una velocidad de 230 km/h
En total, los chinos han probado ocho coches, y uno de ellos ha alcanzado una velocidad de unos 230 kilómetros por hora. Las pruebas fueron realizadas por las autoridades gubernamentales de transporte para estudiar las medidas de seguridad en la conducción a alta velocidad.
Según Deng Zigang, uno de los profesores universitarios que participan en el proyecto, el uso de la levitación magnética para los coches tiene el potencial de reducir el consumo de energía y aumentar la autonomía de los automóviles. En el futuro, la innovación china podría resultar de gran ayuda para la industria del automóvil eléctrico.
China lleva probando la levitación magnética (o «maglev») para trenes comerciales desde la década de 1980. La tecnología consiste en electrificar un campo magnético para empujar o tirar de los vehículos a gran velocidad. Hace un año, China inauguró un tren de levitación magnética en la ciudad de Qingdao, provincia de Shandong, que alcanzó una velocidad máxima de ¡400 km/h!
Qué es la tecnología maglev
La tecnología de levitación magnética permite viajar a muy alta velocidad con un consumo mínimo de energía, todo ello gracias a la ausencia de fricción. Esta tecnología ha sido propuesta para los proyectos de vanguardia de The Boring Company, controlada por el multimillonario Elon Musk, y Virgin Hyperloop One, propiedad del empresario británico Richard Branson.
Los investigadores llevan más de una década explorando el potencial de las máquinas de levitación magnética. En 2012, por ejemplo, Volkswagen llegó a diseñar un coche conceptual con tecnología de levitación magnética.
Pero aún quedan muchas cuestiones por resolver, entre ellas la seguridad. Hasta ahora, nadie ha averiguado qué ocurre si un coche «volando» a gran velocidad se desvía de su trayectoria magnética o, peor aún, es golpeado por un coche no magnético.
Otro impedimento es la infraestructura. La construcción de una red nacional de autopistas electromagnéticas lleva años y años, y requiere un esfuerzo financiero considerable en cualquier país del mundo.
«Aunque suene a ciencia ficción, es muy posible que esto sea nuestro día a día dentro de 50 años», insiste George Sassine, vicepresidente de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Energético, con sede en Nueva York.