
Un hombre vino a verme a la OPD y me contó que le habían despedido recientemente de su trabajo. La experiencia de la carta de despido fue bastante sorprendente y chocante, ya que se produjo de forma totalmente inesperada. No se le había dado ninguna información ni se le había incluido en la lista de revisiones críticas. Tampoco había tenido ninguna conversación ejemplar con su jefe. Aunque se había hablado de que su organización iba a tener menos trabajo y los empleados estaban preocupados por su futuro, el hacha cayó con incredulidad.
El trabajo es un factor estabilizador importante en la vida de un individuo. No sólo es un apoyo económico, sino que también proporciona experiencias significativas que refuerzan el sentido de sí mismo. Una gran parte de la identidad de un individuo tiende a derivarse de sus experiencias en el trabajo. Y cuando esas experiencias se desvían en una dirección negativa, la posibilidad de que tenga un impacto perjudicial en el sentido de sí mismo del individuo, su estado de bienestar, así como un efecto mayor en su salud mental tiende a aumentar sustancialmente.
Para una persona que se encuentra en una situación de este tipo, es probable que se plantee numerosas preguntas sobre lo que ha sucedido, las razones que lo han provocado y una lucha para encontrar inmediatamente formas de poder afrontarlo. Puede provocar un impacto en el estado de ánimo, haciendo que uno se sienta decaído e incluso molesto y/o enfadado e irritable. Puede provocar una alteración del sueño y del apetito y hacer que uno quiera retirarse y aislarse, ya que puede sentirse avergonzado y completamente perdido cuando se encuentra en esta situación.
Sin embargo, es importante encontrar formas de gestionar la experiencia y cuidar la forma de sentir y pensar en esta situación. En un escenario en el que alguien ha sido despedido, es fundamental, en primer lugar, dar un paso atrás y comprender que esto no tiene tanto que ver con uno mismo como individuo, sino con lo que está ocurriendo dentro del sistema. A menudo hay razones más amplias y representativas de los cambios que el sistema necesita para poder pivotar hacia sus nuevos objetivos. En esta situación, en la que el individuo y el papel que ha desempeñado dentro de la organización ya no encajan bien en el sistema, es importante no permitirse personalizarlo, entrar en un espacio de autoduda o falta de seguridad sobre las habilidades que posee y su capacidad para hacer el trabajo que necesita.
Al mismo tiempo, también es muy importante recordar que, mientras atraviesas esta experiencia, es crucial que te mantengas conectado con las personas que te importan y que forman parte de tu sistema de apoyo.
Es importante acercarse y hablar de lo que pasa por tu mente y afecta a tu estado de ánimo. Así que si te sientes atascado en momentos en los que eres incapaz de avanzar, tener gente a tu alrededor puede ayudarte a encontrar formas de pensar en las situaciones que se te presentan y a encontrar maneras de resolver los problemas a través de ellas.
Lo más importante es que considerar un despido como un punto final es bastante perjudicial. Es imprescindible volver a centrarse y reconocer que puede haber otras oportunidades y formas de avanzar. Mantener la postura de buscar lo que puede venir después y cómo puede permitirte aprovechar al máximo tu potencial te permitiría mantener tu motivación e impulso incluso en esta difícil circunstancia.