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Cómo gestionar la salud ósea durante la menopausia

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Cómo gestionar la salud ósea durante la menopausia

La menopausia es un fenómeno universal experimentado por las mujeres de mediana edad en todo el mundo, salvo que los síntomas asociados difieren de una persona a otra. Mientras que algunas pueden sentirse aliviadas y felices al no tener que pasar por los dolores menstruales y los cuidados adicionales que se requieren cada mes, para otras, la menopausia puede traer consigo sofocos, insomnio, cambios de humor y desequilibrio hormonal.

En algunos casos, la menopausia afecta a la salud ósea y cardíaca de las mujeres. Las cifras recogidas por la Fundación Internacional de la Osteoporosis muestran que una de cada tres mujeres mayores de 60 años sufrirá al menos una fractura causada por la osteoporosis. Durante la peri-menopausia, el cuerpo de las mujeres empieza a reaccionar de forma diferente a su entorno. Se vuelven más vulnerables y las posibilidades de contraer enfermedades como la artritis, el dolor articular y la osteoporosis en la fase posmenopáusica se multiplican. La razón es la reducción del nivel de producción de estrógenos tras la menopausia. Esta hormona, producida por los ovarios de la mujer, desempeña un papel fundamental en la salud de sus huesos.

El cuerpo de una mujer alcanza su máximo de masa ósea entre los 25 y los 30 años. Esto significa que su esqueleto deja de crecer y alcanza su mayor grosor y fuerza durante este periodo. Ahora bien, si el pico de salud ósea de una mujer es inferior a lo que se considera ideal, aumentan las posibilidades de que contraiga debilidad ósea -osteopenia u osteoporosis- y las complicaciones relacionadas con ella en años posteriores.

Las investigaciones indican que hasta el 20% de la pérdida ósea puede producirse durante estas etapas y que aproximadamente 1 de cada 10 mujeres mayores de 60 años está afectada por la osteoporosis en todo el mundo.

Los huesos se vuelven frágiles y débiles, lo que aumenta los riesgos de fractura y de dolor óseo y muscular. Si bien la artritis menopáusica puede deberse a genes anormales heredados genéticamente que reaccionan al metabolismo de los estrógenos presentes en el cuerpo, la reducción de los niveles de densidad ósea también puede causar dolor articular que puede afectar a las rodillas, los hombros, el cuello, los codos y otras articulaciones del cuerpo.

Después de la menopausia, las posibilidades de contraer osteoporosis primaria son muy altas. Esto se traduce básicamente en una disminución de la densidad y un aumento de la oquedad en el hueso. La osteoporosis provoca un aumento de la fragilidad de los huesos y puede dar lugar a fracturas con poca o ninguna lesión llamadas «fracturas por fragilidad». Esto es frecuente en las zonas de la cadera, la muñeca y la columna vertebral.

La osteoporosis perimenopáusica y la pérdida de masa muscular asociada (sarcopenia) pueden tener efectos adversos en la vida diaria de la persona afectada, provocando un entorpecimiento de los movimientos básicos, dolor corporal constante y susceptibilidad a las lesiones.

La osteoporosis perimenopáusica debe diagnosticarse y tratarse a tiempo para evitar complicaciones. Existen fármacos sencillos y específicos de bajo coste para controlar la enfermedad. Como los huesos también empiezan a perder minerales y vitaminas, se sugiere mantener una buena ingesta diaria de los mismos. La dieta diaria debe incluir al menos 1300 mg de calcio. Esto se puede conseguir mediante la ingesta de una variedad de productos lácteos, soja, almendras, tofu, verduras de hoja verde y carnes. Junto con la ingesta de calcio y la capacidad de absorción del cuerpo, mantener unos buenos niveles de vitamina D ayuda a conseguir una buena salud ósea. La forma más fácil de hacerlo es la exposición diaria a la luz solar a primera hora de la mañana y los suplementos.

Realice algún tipo de actividad física, que incluya el levantamiento de peso. El entrenamiento regular de resistencia es la forma más eficaz de conseguir unos huesos y músculos fuertes.

Algunos de los hábitos para evitar el riesgo de padecer enfermedades óseas son disminuir el consumo de alcohol, evitar el tabaquismo y reducir el consumo excesivo de cafeína. Estos son algunos de los cambios en el estilo de vida diario que las mujeres pueden adoptar para conseguir un estilo de vida menos problemático en la menopausia.