Comidas trampa. Todos las queremos. Mejor dicho, todos las necesitamos. Cuando el estrés de la vida te atrapa, una comida con tu capricho favorito es el consuelo perfecto. Pooja Makhija, nutricionista certificada, habló recientemente en su página de Instagram sobre el mejor momento para hacer trampas en la dieta o disfrutar de un capricho.
Ha colgado un rollo con la respuesta: el mejor momento para hacer trampas en la dieta es la primera mitad del día.
¿Por qué?
«Esto se conoce como el poder de la cronobiología. Tu cuerpo quema el doble a las 8 de la mañana que a las 8 de la tarde. Por lo tanto, esto es lo que lleva el debate sobre el desayuno a un círculo completo. Siempre es mejor desayunar que saltárselo, especialmente si tienes restricciones horarias. Así que, aunque lo que comes es importante, cuándo lo comes también lo es», afirma en su post.
¿Te apetecen tortitas de chocolate con mantequilla y sirope de arce? Adelante, pero tómatelas para desayunar o almorzar. ¿Te apetece una deliciosa dosa de queso? Hazlo en el desayuno. Tal vez seas de los que no pueden comer nada más levantarse. Sin embargo, planifica tu día de forma que puedas consumir las comidas más calóricas en la primera mitad del día, en lugar de durante una comida como la cena.
Karishma Shah, nutricionista integral y asesora de salud, también nos explica cómo darnos algún capricho de vez en cuando sin dejar de controlar la salud y el peso.
«Creo que antes o después de entrenar es el mejor momento para comer algo con más calorías, porque ayuda a metabolizar ese capricho muy rápidamente en el torrente sanguíneo y no eleva tanto los niveles de insulina. Cuando alguien no hace ejercicio y desayuna una tortita, una de las formas de convertir esa sensación de trampa en una sensación de capricho sería dar un paseo rápido después de consumir la comida. Haz una caminata rápida de 15 o 30 minutos después de comerte el capricho, ya que te ayudará a equilibrar tus niveles de azúcar», afirma.
Según la Clínica de Salud de Cleveland, «para mantener la salud, come alimentos sanos el 80% del tiempo, y permítete un 20% de margen de maniobra (practicando el control de las porciones.)»
La dietista Garima Goyal también opina sobre el mejor momento del día para hacer trampas en la dieta.
«Las investigaciones han demostrado que desayunar fuerte y cenar ligero ayuda a perder peso. Tomar una comida más copiosa por la noche aumenta el riesgo de obesidad, obesidad central y eleva los niveles de azúcar en ayunas y de HbA1c, lo que conduce al síndrome metabólico», explica.
También habla de que el metabolismo del cuerpo es mucho más rápido durante el día que por la noche. Por eso, las comidas copiosas alteran totalmente el sistema digestivo y le dificultan la digestión nocturna, lo que provoca acidez. Por lo tanto, es importante dar prioridad a la salud e intentar tomar esa comida cargada de azúcar y grasas durante el día, en lugar de por la noche.
Recuerda, en realidad se trata de equilibrio y moderación. La clave para gozar de buena salud es darle al cuerpo lo que le apetece y, al mismo tiempo, mantener la salud bajo control.
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