
El mercado de las criptomonedas es cada vez más bajo asedio por los reguladores y las instituciones financieras de diferentes países del mundo. Muchos reguladores tienen puntos de vista sobre esta clase de activos porque la consideran bastante peligrosa para la estabilidad económica de los países y, aunque no lo digan directamente, uno de los principales objetivos es prohibirla o restringirla para que no genere mayores problemas.
Esta situación se vive en todo el mundo. Por ejemplo, la Autoridad de Conducta Financiera de Gran Bretaña declaró recientemente que se necesitaban normas para las criptomonedas. La cuestión es que estas normas no pueden ser locales, sino globales. Esto postula que la regulación global es el objetivo para controlar el uso de las criptomonedas y el mercado en general, ya que se ha abordado el tema de las empresas vinculadas a las criptomonedas, como Binance y otros intercambios de activos digitales.
Parece que el principal objetivo de estos reguladores es «mantener limpio el mercado«, deteniendo cualquier tipo de activo o actividad económica que ponga en peligro a los inversores, pero también la estabilidad financiera. Por ejemplo, las criptomonedas han estado durante mucho tiempo en una zona gris de regulación y esto tiene que terminar, ya que estas lagunas conducen a que muchas personas utilicen las criptomonedas para actividades ilegales.
La regulación global es la solución
No es la primera vez que se discute la regulación global de las criptomonedas. El tema ha sido debatido en innumerables ocasiones por los reguladores de todo el mundo. La idea de una regulación global, al menos desde esta perspectiva, podría eliminar varios problemas en el mercado, ya que si todos los países establecen las mismas normas de regulación, no habrá lugar para la delincuencia.
El hecho es que desarrollar una normativa de este tipo no es fácil. Si nos fijamos en el caso de las empresas de criptomonedas que no están reguladas, hay muchas empresas de criptomonedas en el mundo. Y un punto importante a tener en cuenta es que muchos países no se han preocupado demasiado por establecer verdaderos controles para combatir actividades delictivas como el blanqueo de capitales. De hecho, mientras algunos países buscan alternativas para regular las criptomonedas, otros, como El Salvador, las han aprobado como moneda de curso legal.
Pero no se trata de una regulación tan estricta como la que aplica China. En el caso de la Comisión del Tesoro del Reino Unido, ha estudiado detenidamente los riesgos de las criptomonedas, pero también las oportunidades asociadas a estos activos. Para ello se ha tenido en cuenta la inclusión social, la necesidad de un cambio normativo y la inminente necesidad de avanzar en cuestiones de tecnología aplicada a la economía.
Aunque la posibilidad de sustituir las monedas fiduciarias por criptomonedas descentralizadas no es el tema principal, o que éstas funcionen juntas legalmente como en El Salvador, sí que se pidieron algunas revisiones. Tendrá en cuenta los aspectos positivos y negativos de este proceso para determinar el siguiente paso normativo.
Y aunque no se habló directamente de la posibilidad de desarrollar una moneda de banco central, sí fue un tema que se abordó discretamente. Proyectos de este tipo han comenzado a desarrollarse en varias partes del mundo, y algunos analistas afirman que las criptomonedas de los bancos centrales son el futuro de la economía.
La protección es necesaria
Las criptomonedas son activos muy fluctuantes, por lo que es necesario protegerse contra las caídas. Si nos fijamos en la posición de la Autoridad de Conducta Financiera, nos damos cuenta de que el año pasado no permitió que Binance, que es la primera bolsa de criptomonedas del mundo, operara con normalidad, ya que este tipo de plataformas no están dentro de la normativa. Pero ahora, casi un año después, España, Francia e Italia han permitido que Binance opere, lo que podría ser un paso positivo para el mercado.
Está claro que los gobiernos deben proteger la estructura económica tradicional, y se espera que también se pueda preservar la seguridad de los usuarios. Pero ahora, con el más reciente colapso del mercado, la búsqueda de una regulación que garantice la seguridad de los usuarios es cada vez más importante.
Es imposible negar que existen algunos riesgos asociados a las criptomonedas, pero tampoco se puede negar que tienen algunos beneficios. Por ahora, el reto para los reguladores es lograr un equilibrio entre permitir el uso de criptomonedas y proteger la estabilidad económica. Por esta razón, muy pocos países han avanzado en la regulación, ya que regular este tipo de activos es más difícil de lo que parece.
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