El ministro de Justicia belga, Vincent Van Quickenborne, anunció el sábado que 55 magistrados de su país se habían encerrado hasta el domingo para experimentar de primera mano cómo es la vida de un preso. Hasta el domingo por la tarde, cuando serán liberados, serán tratados como presos comunes.
Los magistrados, que han prestado sus servicios voluntariamente, han llegado esta mañana a la nueva prisión de Haren, una nueva cárcel con 1.190 camas.
Oficialmente, la prisión abrirá sus puertas el 30 de septiembre, dijo una portavoz de la administración penitenciaria belga.
«Los magistrados saben obviamente cómo funcionan las cosas en una cárcel, pero la experiencia directa les da una oportunidad única, que será útil a la hora de dictar sentencias con pleno conocimiento de causa», dijo el ministro Van Quickenborne en una declaración recogida por AFP.
El personal penitenciario también se preparará para la apertura de un nuevo tipo de prisión con celdas pequeñas, donde se desarrollará «un enfoque moderno», dijo el ministro flamenco, miembro del partido liberal Open VLD.
«Los magistrados participantes – jueces de lo penal, jueces de instrucción, fiscales (…) – se ofrecieron como voluntarios. Ellos (…) tendrán que cumplir las órdenes e instrucciones del personal penitenciario. No se les permitirá utilizar sus teléfonos móviles, pero podrán recibir visitas familiares como los verdaderos presos. El objetivo es que la detención sea lo más realista posible», dice el comunicado de prensa, según informa AFP.
El horario de la prisión de los magistrados será el habitual de los condenados. Recibirán las mismas comidas y participarán en las mismas actividades obligatorias; entre otras cosas, estarán de guardia en las cocinas y la lavandería. El toque de queda será a las 22:00, según el Ministro de Justicia.
Sin embargo, a diferencia de los reclusos reales, los magistrados podrán poner fin a su experiencia en prisión en cualquier momento si no pueden soportar las condiciones de detención o por cualquier otro motivo.
«Esta inmersión da a los magistrados que condenan a personas a prisión la oportunidad de experimentar lo que significa estar privado de libertad», dijo Rudy Van de Voorde, director general de las prisiones belgas, en el mismo comunicado.