El Gobierno húngaro ha impuesto un impuesto a los fabricantes de medicamentos sobre los ingresos netos generados en 2022 y 2023, según anunciaron las autoridades de Budapest.
Según un decreto gubernamental publicado el viernes por la noche, el nuevo impuesto será progresivo y ascenderá al 8% para los ingresos netos superiores a 150.000 millones de forints (unos 372 millones de euros).
Las empresas tendrán que pagar el nuevo impuesto el año que viene, tanto para 2022 como para 2023, mientras el Gobierno intenta reducir el déficit presupuestario, que según los expertos alcanzará el 6,1% del PIB este año, informa Reuters.
No es la primera decisión de este tipo de las autoridades húngaras
El Primer Ministro nacionalista Viktor Orban impuso a principios de año impuestos especiales a varios sectores de la economía, como la banca, los seguros, la energía y el transporte aéreo.
La decisión ha sido muy criticada por los expertos e incluso ha asustado a los inversores, recordando impuestos similares que Orban introdujo para regular el déficit tras su llegada al poder en 2010.
Orban necesita controlar el déficit y evitar la recesión, ya que se espera que la inflación aumente hasta el 26-27% en los próximos meses, añadió la fuente.
Según la nueva normativa, el nuevo impuesto será del 1% para los ingresos netos inferiores a 50.000 millones de forints y del 3% para los ingresos entre 50.000 y 150.000 millones de forints, elevándose al 8% para los ingresos netos superiores a 150.000 millones de forints. La mayor empresa farmacéutica de Hungría, Richter, se verá muy afectada por el nuevo impuesto, añaden los periodistas de Reuters.
Nuestros vecinos cruzan la frontera y compran en Rumanía debido a la altísima inflación en Hungría. Incluso ahora, en vísperas de las fiestas, decenas de ciudadanos húngaros vienen a nuestro país a abastecerse.
Si hasta hace unos años los rumanos de la frontera húngara solían cruzar la frontera para hacer la compra, en los últimos meses, con la explosión de los precios en el país vecino, los supermercados de Oradea están llenos de húngaros que vuelven a casa con las bolsas llenas de víveres.
Los productos más comprados son la carne, el aceite o el azúcar. Y no son los únicos productos que encuentran más baratos aquí. Es más, con la limitación de precios de ciertos productos básicos, las estanterías de azúcar, aceite o huevos suelen quedarse vacías en los supermercados húngaros.
La decisión del Gobierno de Budapest de limitar los precios de los alimentos ha provocado un enorme aumento de la demanda. En medio de la conmoción del mercado, el minorista Aldi decidió que era necesario racionar determinados productos. Por ello, Aldi ha introducido un límite de un kilo de patatas y un litro de leche por comprador. Otras tiendas como Tesco, Lidl y Spar han introducido restricciones similares.