En la península de Corea, el dictador Kim Jong-un está preparando la guerra. Pyongyang ha levantado 180 aviones de combate en la frontera con el «Sur», y la respuesta de Seúl ha sido similar.
ACTUALIZACIÓN – El ejército surcoreano anuncia que ha desplegado aviones de combate en respuesta a la decisión de Kim Jong-un de elevar 180 aviones de guerra.
Durante cuatro horas el viernes, la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur fue el punto más caliente del planeta, informa Reuters.
Corea del Norte pone a prueba la vigilancia del Sur
Los aviones de guerra norcoreanos volaron al norte de la línea de medición táctica establecida entre los dos países, que está trazada a sólo 20 kilómetros de la Línea de Demarcación Militar entre el Norte y el Sur. En respuesta a las maniobras de Pyongyang, Corea del Sur ha levantado 80 aviones de combate, entre ellos los F-35A stealth.
Estos días se está llevando a cabo el ejercicio militar Vigilant Storm frente a la costa surcoreana, en el que participan aviones estadounidenses. Según Seúl, el incidente del viernes por la mañana no interrumpió el ejercicio militar coreano-estadounidense, que se desarrolló como estaba previsto.
Por otro lado, cabe recordar que 10 cazas norcoreanos también realizaron una serie de maniobras similares en octubre, un gesto de provocación al que el Sur respondió de forma similar: elevó sus aviones de guerra.
Las tensiones aumentan entre Corea del Norte y Corea del Sur. El jueves 3 de noviembre, Corea del Norte lanzó un cohete intercontinental (ICBM), esto después de haber lanzado más de 20 misiles de diversos tipos el día anterior, el miércoles. Las maniobras son de hecho «una invasión territorial», reaccionó el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol. «Corea del Norte ha lanzado hoy al menos 10 misiles de diversos tipos hacia el este y el oeste», ha declarado el Estado Mayor Conjunto de Seúl, mientras el presidente surcoreano ordenaba una «respuesta rápida» a las últimas «provocaciones» de Pyongyang. «El lanzamiento de un ICBM por parte de Corea del Norte resultó efectivamente un fracaso», dijeron funcionarios militares de Seúl.