Camboya está en plena guerra a gran escala contra el juego ilegal en todo el país. Al parecer, la policía lleva más de una semana realizando una operación en todo el país, y los resultados son sorprendentes, al menos según los informes que citan las autoridades locales. Por muy exitosas que parezcan estas operaciones, no dejan de dejar un regusto agridulce, cuando se empieza a tomar conciencia de lo vasto que es el número de víctimas de estos delitos.
Cerrado el «90%» de los sitios de juego ilegal
El Phnom Penh Post informó de que Sok Phal, secretario de Estado del Ministerio del Interior y jefe del grupo de trabajo nacional, dijo que se había cerrado el «90 por ciento» de las «guaridas» de juego ilegal. Este fue el comentario de una reunión celebrada el 30 de septiembre en Sihanoukville. Fue impulsada por el éxito de las múltiples redadas de los sitios de juego ilegales de Sihanoukville y supuso una buena oportunidad para poner al día al país sobre los progresos de la operación nacional contra el juego ilegal.
Según el informe del Phnom Penh Post, la policía ha detenido a más de 1.000 extranjeros de diferentes nacionalidades bajo sospecha de juego en línea, violación de las leyes de inmigración, tráfico de personas y prostitución. Todos ellos son delitos muy perjudiciales que pueden causar un daño inmenso a sus víctimas, y la preocupante tendencia a aumentar los titulares que informan de un número creciente de personas afectadas ha empujado al gobierno a ejercer medidas y operaciones de control cada vez más estrictas.
Esto afecta de forma desproporcionada a las personas con menos ingresos, como sugieren los funcionarios, lo que alimenta aún más los delitos no relacionados, a veces por necesidad, ya que la gente lucha por llegar a fin de mes.
Lucha conjunta contra la delincuencia
La vecina Tailandia se unió a Camboya en la lucha contra el juego ilegal. Asia Gaming Brief informó de la detención de 550 inmigrantes ilegales en Camboya y de 40 sospechosos en Tailandia en los últimos días de septiembre. La División de Supresión del Crimen (CSD) de Tailandia ha llevado a cabo más de cincuenta redadas en diez provincias, incautando bienes por valor de millones de dólares. Las cifras de Tailandia, según las autoridades locales, sugieren que se han cerrado más de dos mil quinientos sitios web de juegos de azar en los últimos doce meses.
En Camboya, por muy impresionantes que parezcan los resultados, también indican lo grave que era la situación en primer lugar, y no hay número de redadas, sanciones y medidas enérgicas que puedan hacer retroceder el tiempo. Sin embargo, esto no es motivo para dejar de luchar contra la delincuencia, y la increíblemente fructífera operación ha permitido cambiar cientos de vidas. Apenas unos días antes de las noticias de Tailandia, las autoridades camboyanas informaron de la detención de 154 personas por vínculos con el juego ilegal. Por supuesto, éste no es el único centro de juego ilegal en el país, ya que el gobierno compartió información sobre un preocupante número de grupos de delincuencia organizada o individuos identificados como posibles focos de juego ilegal. En la guerra de Camboya contra el juego ilegal se ha puesto en el punto de mira a más de 1.700 instalaciones, lo que da una imagen aterradora de la magnitud del mercado negro en el territorio del país. Desgraciadamente, éste no es ni el único ni el mayor problema de la delincuencia camboyana.
Últimamente, se puede decir que este título se atribuye sobre todo a la trata de personas, ya que ambos delitos van a menudo en sinergia. Los disturbios civiles, la delincuencia desenfrenada y una imagen internacional en continuo deterioro obligaron al gobierno a actuar de forma decidida, eficaz y fructífera. No es fácil hablar en positivo, cuando los informes locales sugieren que el 95% de las denuncias por tráfico de personas son legítimas, sin embargo, hay que elogiar la actuación del gobierno. Todo ello en nombre del restablecimiento del orden y de las condiciones de vida, así como de la imagen internacional del país, que se ha ido erosionando bajo la presión del tráfico de personas y el blanqueo de dinero.
Dado que el turismo suele ser reconocido como un elemento básico de la economía del país, la pérdida de estos ingresos no sólo perjudica a los resultados del gobierno, sino también a casi toda la estructura empresarial local. A medida que las empresas pasan apuros, la gente empieza a estar mal pagada o a perder su trabajo, lo que provoca un aumento de las tasas de desempleo y un incremento de la pobreza, que perjudica a la economía en su conjunto. Esto vuelve a completar el ciclo en el que el gobierno pierde lenta pero inexorablemente su control del poder gracias a la delincuencia desenfrenada. Esto socava por completo los esfuerzos del gobierno por revitalizar la industria del juego, cuando en realidad son los turistas los que alimentan sus ingresos.