
Las presiones inflacionistas en la mayor parte del mundo están teniendo un efecto mucho más inesperado en la eurozona. Según los datos publicados el lunes por la Oficina Europea de Estadística, la inflación general de la eurozona alcanzó el 10,7%, la tasa más alta jamás registrada desde la creación del organismo de 19 miembros.
La inflación en la eurozona es una muestra significativa del alto coste de la vida al que se enfrentan muchos residentes. La situación en la región se ha visto incluso agravada por la guerra en curso entre Rusia y Ucrania, un conflicto que ha limitado el flujo de hidrocarburos que puede servir mejor a los hogares e industrias.
Los datos publicados mostraron que aspectos clave de los bienes de consumo experimentaron una inflación masiva por encima de la cifra global. El coste de la energía aumentó un 41,9%, frente al 40,7% de septiembre, y el coste de otros productos básicos, como los alimentos, el alcohol y el tabaco, también registró una inflación superior al 13%, frente al 11,8% de agosto.
Los datos de inflación publicados por la Eurozona se produjeron después de que cada país comunicara su propia tasa de inflación para el mes de septiembre. Según los datos publicados, la inflación en Italia aumentó un 12,8%, en Alemania un 11,6% y en Francia un 7,1%. Aunque estas cifras son muy preocupantes para los países individuales, Estados miembros como Letonia, Lituania y Estonia se encontraban en una situación peor, con una inflación superior al 20% respectivamente.
Posible remedio para la inflación en la zona del euro
La inflación en la eurozona no es una experiencia nueva, ya que otros países también se enfrentan a este problema. El Banco Central Europeo (BCE), como todos los demás, se ha comprometido a luchar contra esta inflación hasta que vuelva a alcanzar el objetivo del 2%.
Uno de sus principales modelos para luchar contra la inflación es subir los tipos de interés, lo que ha hecho hasta ahora en dos ocasiones, subiendo los tipos en 75 puntos básicos.
Con la decisión de subir los tipos de interés en un futuro próximo ya confirmada, el BCE destacó los «progresos sustanciales» realizados hasta ahora en la normalización de los tipos en la región, pero «tiene previsto subir más los tipos de interés para garantizar un retorno oportuno de la inflación a su objetivo de inflación a medio plazo del 2%».
Combatir la inflación puede ser muy complicado. Aunque los frenos al alza pretenden frenar la inflación, también pueden empujar a la economía a la recesión y, por tanto, animar a los responsables políticos a ser cautelosos a la hora de subir los tipos.
La Reserva Federal de EE.UU. se enfrenta actualmente a este dilema y los expertos del sector esperan una ralentización de las subidas de 75 puntos básicos que viene anunciando desde hace tiempo. La Reserva Federal de Estados Unidos se reunirá mañana, 1 de noviembre, y todas las miradas estarán puestas en el banco central en lo que podría sentar un precedente para el resto de bancos centrales del mundo.