En la actualidad, la mitad de los 50 estados de EE.UU. permiten llevar armas sin solicitar previamente un permiso. Hace trece años, sólo dos estados, Vermont y Alaska, permitían a sus residentes el derecho irrestricto a portar armas, amparándose en la Segunda Enmienda de la Constitución como permiso general para todos.
Desde 2010, sin embargo, más estados han seguido su ejemplo, con 11 de ellos aprobando leyes de portabilidad sin permiso sólo en los últimos tres años.
Controversia sobre el derecho a portar armas
El creciente movimiento ha acumulado victorias en las asambleas legislativas estatales con notable rapidez, provocando el aplauso de los defensores de los derechos de las armas, pero al mismo tiempo despertando el temor entre los reformistas de que los cambios conduzcan a más armas en la calle, y probablemente a más violencia, según Huffpost.
«Si eres un ciudadano respetuoso con la ley, deberías poder ejercer plenamente todos tus derechos constitucionales», dijo Andi Turner, director legislativo de la Asociación del Rifle de Texas. «La mitad de los estados de la unión ya lo reconocen».
Por lo general, los sistemas de permisos exigen que los solicitantes demuestren que pueden manejar un arma con seguridad, así como que tienen conocimientos sobre las leyes de armas, a menudo complicadas, y sobre el uso de la fuerza letal.
«En la última década hemos asistido a un esfuerzo muy concertado por parte del lobby corporativo de las armas, en particular la NRA», afirma Nick Wilson, investigador sobre violencia armada del Center for American Progress. Fue una campaña muy exitosa para el lobby de las armas. Pero es muy preocupante para cualquiera que se preocupe por la seguridad pública.
Los cambios legales en el estado se han unido a otras dos tendencias que son un buen augurio para los defensores de las armas. En primer lugar, la pandemia del Covid 19 provocó un aumento sin precedentes de las ventas. Y en segundo lugar, las personas de color y las mujeres han representado una mayor proporción de compradores, diversificando un público comprador de armas que tradicionalmente ha sido masculino, blanco y conservador.
El aumento de la violencia, un tema delicado
Los estudios sociológicos tienden a mostrar que, en general, el aumento de la posesión de armas se correlaciona con el aumento de la violencia.
«No es una coincidencia que en los estados con planteamientos muy permisivos respecto a las armas en público se registren tasas más elevadas de muertes por arma de fuego», afirmó Adam Skaggs, asesor jefe del Giffords Law Center, un grupo reformista no partidista.
En los últimos cinco años, los investigadores han demostrado cada vez más que la relajación de las restricciones al porte de armas de fuego está también asociada a problemas como el aumento de los robos de armas y de los incidentes de furia al volante, según el profesor de Derecho de Stanford John Donohue.
Algo más de un tercio de los estadounidenses viven en los 25 estados que adoptan leyes de portabilidad sin permiso.
Nueva York endureció sus restricciones a las armas tras el tiroteo masivo del año pasado en Buffalo. Delaware promulgó el año pasado una prohibición estatal de las armas de asalto. Una medida electoral aprobada el año pasado por los votantes de Oregón exige un permiso para todas las compras de armas y restringe los cargadores con más de 10 cartuchos, aunque la ley está paralizada en los tribunales.
Los estados que aceptan la portación de armas sin permiso podrían convertirse en mayoría antes de finales de 2023.
