El ex director general de MicroStrategy, y maximalista de Bitcoin, Michael Saylor, escribió en Twitter que cree que si algo no es Bitcoin a largo plazo, irá a cero.
En una línea de tiempo lo suficientemente larga, si no es #bitcoinva a cero.
– Michael Saylor⚡️ (@saylor) 16 de agosto de 2022
Esta posición excesivamente maximalista parece descabellada, incluso para alguien como… Saylor, pero tiene sentido.
De hecho, el Bitcoin lleva ya 13 años de vida, y ahora mismo muy poca gente cree que vaya a perder todo su valor a corto o medio plazo. La situación cambia a largo plazo, pero si mantuviera su valor durante todo este ciclo y el siguiente, es decir, hasta 2030, sería muy improbable que pudiera caer a cero a muy largo plazo, a menos que hubiera problemas técnicos importantes.
Así que no se trata de cuál será el valor del BTC en los próximos meses o años, sino en las próximas décadas. O más bien, para ser más precisos, se trata de saber si, a partir de la próxima década, el precio del Bitcoin podría caer en algún momento a cero, en caso de que no lo haga antes.
Según Saylor, esto no ocurrirá, ni a corto plazo, ni a medio plazo, ni a largo plazo, ni a muy largo plazo. A corto plazo, casi todo el mundo está de acuerdo en que el BTC no llegará a cero, mientras que a medio plazo hay algunos escépticos. A largo y muy largo plazo, los escépticos aumentan, pero si no llega a cero al final del próximo ciclo… (2028 más o menos), sería muy improbable que ocurriera a muy largo plazo.
Sin embargo, este razonamiento no se aplica a las acciones o incluso a los bonos. De hecho, estos últimos siempre tienen una madurez que casi nunca se extiende a muy largo plazo.
A muy largo plazo, las acciones suelen acabar saliendo de los mercados o incluso desapareciendo debido a quiebras, cierres, compras u otros acontecimientos que provocan la desaparición de las empresas emisoras.
En cuanto a las monedas fiduciarias, hay muy pocas que sobrevivan a los siglos. Actualmente, las monedas más antiguas son la libra esterlina y el dólar estadounidense, pero aunque estas monedas se remontan a siglos atrás, llevan menos de un siglo en forma fiduciaria.
Según algunas estimaciones, la duración media de la existencia de las monedas fiduciarias en los mercados es de sólo 27 años. Con el paso de las décadas, estas monedas también parecen destinadas a desaparecer.
Por tanto, el razonamiento de Michael Saylor tiene sentido, ya que los activos financieros a muy largo plazo tienden a perder valor o a desaparecer. Por otro lado, el Bitcoin, si consigue durar hasta 2030, también puede estar destinado a no desaparecer nunca, siempre que se eviten en el futuro grandes problemas técnicos que comprometan su funcionamiento.