Una ciudad del norte de Holanda, Haarlem, podría convertirse pronto en la primera ciudad del mundo en prohibir los anuncios de productos cárnicos. El ayuntamiento ha aceptado el cambio, pero la prohibición no entrará en vigor inmediatamente debido a los contratos de publicidad.
La ciudad holandesa de Haarlem se niega a emitir anuncios de productos cárnicos. El ayuntamiento aprobó la semana pasada la introducción de la nueva norma, pero la prohibición no entrará en vigor por el momento debido a los contratos de publicidad.
La razón, según los concejales, es que las explotaciones ganaderas están dañando el medio ambiente.
Así que a partir de 2024 los efectos se verán en las calles de Haarlem, cuando los productores ya no puedan colocar anuncios de carne en los espacios publicitarios propiedad de la ciudad.
Los animales criados en granjas de la UE producen más emisiones que todos los coches juntos
Los animales de granja de la Unión Europea producen anualmente más gases de efecto invernadero que todos los coches y furgonetas de los Estados miembros, si se tiene en cuenta el impacto de su alimentación, informa The Guardian.
Según el informe de Greenpeace de 2018, los animales de las granjas de la UE fueron responsables de producir 502 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, principalmente a través del metano que liberan, mientras que los coches produjeron 656 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Pero si se calculan las emisiones indirectas, las emisiones anuales de los animales equivalen a 704 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Entre 2007 y 2018, la producción de carne y lácteos en la UE aumentó un 9,5%, lo que supuso un incremento anual de las emisiones del 6%, es decir, unas 39 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a 8,4 millones de coches nuevos en circulación.
A medida que la producción de carne y productos lácteos ha crecido en Europa durante la última década, la agricultura se ha convertido en una fuente de emisiones mucho mayor, pero las iniciativas a nivel gubernamental para reducir el impacto climático de la alimentación y la agricultura se han quedado atrás.