La muerte de Mahsa Amini, una mujer de 22 años que fue golpeada hasta la muerte por la Policía de la Moralidad por no vestirse de acuerdo con las normas islámicas del país, ha dado lugar a protestas callejeras que se prolongan desde hace casi dos meses.
Pero las revueltas en Irán exigiendo un cambio de régimen han provocado detenciones y otros abusos por parte de las autoridades. Después de Asra Panahi (que sólo tenía 16 años) murió hace unas semanas tras ser golpeado en la escuela después de negarse a cantar un himno al líder supremo de Irán, ahora un tribunal de Teherán ha condenado a muerte -por primera vez- a alguien acusado de participar en los disturbios.
La información fue hecha pública por la agencia de noticias de la Autoridad Judicial iraní, Mizan online, informa AFP. Sin embargo, no se ha hecho pública ninguna información sobre la identidad y la edad de la persona condenada a muerte.
Según el veredicto, esta persona es culpable de «prender fuego a un edificio gubernamental, alterar el orden público, reunirse y conspirar para cometer delitos contra la seguridad nacional, ser un enemigo de Alá de la corrupción en la tierra», dijo Mizan el domingo.
Otro tribunal de la capital iraní ha condenado a cinco personas a penas de prisión de entre cinco y diez años, declaradas culpables de «reunión y conspiración para cometer delitos contra la seguridad nacional y alteración del orden público», según news.ro.
Mahhsa Amini murió el 16 de septiembre
Irán se ve sacudido por una ola de manifestaciones tras la muerte, el 16 de septiembre, de Mahhsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años que había sido detenida tres días antes por la policía morisca por violar el estricto código de vestimenta de la República Islámica, que obliga a las mujeres a llevar el velo en público.
Las organizaciones extranjeras de derechos humanos informan de 15.000 detenciones, cifra que las autoridades iraníes niegan.