El trastorno de ansiedad social, que antes se denominaba fobia social, es un trastorno de salud mental en el que las personas experimentan una ansiedad excesiva en situaciones sociales. Esto se debe a que temen ser evaluados o juzgados negativamente por otras personas. Esto puede ocurrir en situaciones que implican interacciones con personas desconocidas, ser observado o hacer un discurso o una presentación. A menudo, lleva a las personas a evitar por completo esas situaciones, lo que puede repercutir en su vida interpersonal o profesional.
Aunque muchos de nosotros podemos sentirnos un poco nerviosos al hablar en público, el torrente de emociones que se experimenta en el marco del trastorno de ansiedad social es mucho más intenso y puede causar un malestar y un deterioro importantes. Para comprender el trastorno de ansiedad social, debemos tener en cuenta un modelo biopsicosocial. Los desequilibrios de los neurotransmisores desempeñan un papel importante en la causalidad de los trastornos mentales como la ansiedad. Los factores psicológicos incluyen los sesgos en los pensamientos y las percepciones, la forma en que regulamos nuestras emociones, la confianza, la capacidad de hacer frente a los factores de estrés, así como nuestros patrones de comunicación. Al mismo tiempo, la contribución del entorno social que nos rodea, incluido el del hogar, el de la escuela y el de la comunidad en general, también es importante.
El tratamiento del trastorno de ansiedad social también sigue el mismo paradigma. La terapia cognitivo-conductual tiene como objetivo corregir nuestros patrones de pensamiento desadaptativos y, al mismo tiempo, reducir los patrones de conductas de evitación que agravan aún más el trastorno.
Se sabe que ha guiado a las personas hacia diferentes formas de pensar, comportarse y reaccionar ante las situaciones. Además, ayuda a aprender y practicar habilidades sociales y suele utilizarse junto con la terapia de exposición y los ejercicios de relajación.
Fomentar un entorno social empático y afectuoso también es de gran ayuda. Además, los médicos pueden recetar medicamentos para tratar el aspecto biológico de la enfermedad.
Aunque el trastorno de ansiedad social es una condición clínica que requiere la intervención de un profesional, muchos de nosotros podemos experimentar cierto número de nervios cuando nos enfrentamos a una situación social. He aquí algunas estrategias que podemos utilizar en nuestro día a día para superar estos nervios:
1) Exposición gradual: Para evitar la ansiedad que conlleva una situación, a menudo acabamos evitando toda la situación en sí. La solución, en cambio, es exponernos gradualmente y aprender a tolerar y posteriormente superar la ansiedad. Empieza con algo pequeño. Si tienes que dar un discurso delante de todo el colegio, practica primero con tu familia, luego con un pequeño grupo de amigos, con toda la clase y así sucesivamente.
2) Reconoce tu fuerza: En lugar de centrarte excesivamente en lo que no sabes o en lo que no se te da bien, reconoce cuáles son tus puntos fuertes y trabaja para potenciarlos.
3) Imágenes guiadas: La visualización es una estrategia eficaz para ayudarnos a practicar mentalmente cómo afrontar una situación social, además de relajarnos.
4) Celebra tu éxito: Cada pequeño paso en tu camino es un éxito. En lugar de dejarte arrastrar por el discurso negativo, reconoce tus esfuerzos y date golpes positivos para mantener la motivación.
5) Céntrate en otros aspectos: No dejes que el miedo a las situaciones sociales te hunda. Hay muchos caminos para alcanzar el éxito. Centra tu atención en otras facetas de tu vida. Valórate como persona para darte un impulso de confianza.
6) Participa en situaciones sociales: Practicar deportes de equipo o participar en actividades de grupo desde una etapa temprana es una forma eficaz de aprender y destacar en una nueva habilidad, a la vez que se interactúa con la gente en un entorno agradable.
