La mujer de 65 años se puso en contacto con un desconocido que conoció en las redes sociales y que se hizo pasar por un astronauta ruso que trabajaba en la Estación Espacial Internacional.
Ambos se conocieron en junio y, tras varias conversaciones en las que él le dijo que la amaba y le pidió que se casara con él, el hombre comenzó a pedirle dinero a la mujer, alegando que necesitaba financiación para devolver el cohete a la Tierra y pagar «las tasas de aterrizaje», según la policía japonesa.