Inicio Salud Las infecciones de las vías urinarias se siguen diagnosticando con un método que tiene 140 años de antigüedad.

Las infecciones de las vías urinarias se siguen diagnosticando con un método que tiene 140 años de antigüedad.

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Las infecciones de las vías urinarias se siguen diagnosticando con un método que tiene 140 años de antigüedad.

Si alguna vez has tenido una infección del tracto urinario (ITU) antes, ya sabes el dolor que puede suponer. No solo por los dolores físicos que provoca, sino porque también puede ser un gran dolor ir al médico, proporcionar una muestra de orina y esperar los resultados.

Las infecciones de las vías urinarias son muy comunes, ya que casi la mitad de las mujeres padecen una en algún momento de su vida. Para comprobar la existencia de una ITU, se necesita un muestra de orina debe ser enviada al laboratorio de microbiología del hospital.

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Allí buscarán las bacterias que causan infecciones y comprobarán si estas bacterias son resistentes a antibióticos. Para ello, se suele utilizar una técnica llamada cultivo en agar. Se pone una pequeña cantidad de orina en un pequeño plato redondo lleno de una gelatina nutritiva llamada agar, que se mantiene caliente durante la noche para permitir que crezcan las bacterias.

Esta técnica común existe desde hace casi 140 años y sigue siendo el estándar clínico en muchos hospitales. Pero en una época en la que podemos analizar instantáneamente una COVID-19 infección, medir la glucosa en sangre con un lector electrónico y llevar relojes de pulsera que registran nuestro ritmo cardíaco, ¿por qué seguimos utilizando este viejo método que tarda días en diagnosticar con precisión una infección de las vías urinarias?

En realidad es bastante inteligente

Si se sospecha de una infección, es importante saber qué tipo de bacterias (si las hay) están presentes, cuántas hay en la orina y con qué antibiótico se pueden tratar esas bacterias.

Pero las muestras de orina también pueden contener muchas otras cosas, como urea y sales, y diferentes niveles de acidez – que pueda afectar a la detección de las bacterias. Al extender la orina sobre el agar se elimina todo lo que pueda interferir en el crecimiento bacteriano.

Esta técnica también permite que las células individuales de la muestra formen manchas (llamadas colonias) que son fáciles de contar. La forma, el color, el tamaño e incluso el olor de las colonias pueden utilizarse para indicar qué tipos de bacterias están presentes. Algunas muestras contienen varios tipos diferentes de bacterias, que deben aislarse y analizarse por separado.

Es sorprendentemente difícil encontrar métodos alternativos que puedan hacer todas estas cosas esenciales sin verse afectados por otros componentes de la orina.

El método más conocido

Tenemos mucha experiencia con la técnica de placas de agar porque la hemos utilizado durante años. Esto significa que sabemos muy bien cómo utilizar los resultados, no sólo para diagnosticar la infección de una persona, sino también (cuando sea necesario) para ajustar la tratamiento que se les da.

Pero eso no significa que el sistema sea perfecto. El método actual de placas de agar tarda varios días en identificar qué antibióticos tratarían mejor la infección, lo cual es demasiado tiempo para que un paciente espere. Esto significa que tenemos que empezar a tratar a los pacientes antes de que se conozcan los resultados de las pruebas.

A veces, esto significa que los pacientes tienen que cambiar de fármacos al cabo de unos días, lo que resulta incómodo y caro. El uso de más antibióticos alimenta la resistencia a los mismos, lo que agrava el problema en el futuro. Estos problemas están ayudando a impulsar la innovación en las pruebas de microbiología.

Las nuevas tecnologías siguen necesitando mejoras

Aunque las pruebas actuales pueden medir las bacterias y la resistencia a los antibióticos en orinanecesitamos pruebas que puedan hacer esto más rápidamente para permitir que las pruebas se realicen antes del tratamiento. Lo ideal es que estos métodos sean portátiles y baratos para que podamos utilizarlos en la comunidad, sin tener que enviar las muestras a los laboratorios.

Los últimos avances sugieren que esto puede ser posible. Por ejemplo, las cámaras digitales pueden detectar si las células bacterianas están creciendo a escala microscópica o en la orina diluida. Aunque con estos métodos se tarda unas horas en comprobar si un antibiótico funciona, sigue siendo mucho más rápido que las placas de agar.

Algunos laboratorios de hospitales también utilizan ahora de forma rutinaria una técnica llamada espectrometría de masas, que mide fragmentos de una muestra bacteriana y los compara con una base de datos para identificar las bacterias. Esto acelera el análisis de las colonias encontradas en placas de agar, sustituyendo los días de trabajo que antes se necesitaban para identificar con precisión especies bacterianas.

Pero aunque estos nuevos métodos son prometedores, muchos de ellos sólo están en fase de investigación. Y en el caso de la espectrometría de masas, todavía es necesario el uso de placas de agar para las pruebas de susceptibilidad a los antibióticos. Además, muchas de estas tecnologías son demasiado grandes y caras para un médico de cabecera o una farmacia, por lo que las muestras de orina tienen que seguir siendo transportadas a los laboratorios de los hospitales para su análisis.

En el futuro, estas tecnologías deben reducir el tiempo que tarda una persona en recibir su diagnóstico y seguir siendo tan asequibles y accesibles como las placas de agar. Nuestro laboratorio está trabajando en este sentido.

Ya hemos descubierto que podemos fabricar pruebas más pequeñas y portátiles que son tan precisas como las placas de agar, y los resultados pueden grabarse con una cámara digital barata como una smartphone. Nuestra próxima etapa de investigación es comprobar que estas «pruebas diminutas» funcionan con muestras de pacientes reales.

Es fundamental que algunas de las nuevas pruebas rápidas para las infecciones de las vías urinarias se incorporen a la práctica habitual, para garantizar que todos los casos se traten de forma rápida y eficaz con el antibiótico correcto. Sin embargo, pasará algún tiempo antes de que estas y otras nuevas tecnologías se utilicen de forma rutinaria para el diagnóstico. Por el momento, las personas que sospechan que tienen una ITU deben acudir a su médico de cabecera para que les diagnostique y les dé la medicación adecuada.

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