Abida*, una estudiante yemení de 21 años que estudia técnico de laboratorio médico, no sabía por qué había perdido más de 14 kg en tres meses. No fue hasta una visita casual a un hospital de Pune para ver a su tía, que se estaba recuperando de una operación bariátrica, cuando Abida descubrió que la razón de su enorme pérdida de peso era una rara forma de tuberculosis ocular.
El Dr. Samrat Shah, experto en medicina interna del Apollo Spectra de Pune, dijo que, al principio, él también estaba desconcertado, ya que varias rondas de pruebas habían descartado enfermedades autoinmunes y otras enfermedades genéticas. «Abida visitó a su tía en el hospital entre agosto y septiembre. Se quejó de pérdida de peso, fiebre y fatiga extrema, y se sometió a una serie de pruebas médicas. Un interrogatorio detallado sobre su historial clínico acabó revelando que solía tener visión borrosa cuando estudiaba en la universidad», recuerda el Dr. Shah.
Un examen oftalmológico también reveló la presencia de múltiples granulomas y su inexplicable pérdida de peso se atribuyó a una forma rara de cáncer de mama. TB en los ojos. La prueba cutánea inicial de la TB fue negativa, pero cuando Abida le dijo al médico que no se había hecho correctamente, el equipo realizó una segunda prueba, que dio positivo para la TB.
La TB ocular es una enfermedad clínica, tiene varios modos de transmisión y puede afectar a cualquier parte del ojo. Las manifestaciones clínicas de la TB ocular varían, lo que plantea un reto para el diagnóstico. En general, la visión borrosa y la sensibilidad a la luz son los síntomas más comunes y pueden ser los únicos síntomas notificados. Los pacientes también pueden ser asintomáticos o presentar otras molestias, como cefaleas, destellos, moscas volantes o enrojecimiento ocular. La TB ocular asintomática sólo se observa en el 1% de los casos afectados, señala el Dr. Shah.
El diagnóstico horrorizó a Abida. «Mi mundo se vino abajo cuando supe que tenía tuberculosis ocular. Me quedé de piedra. Sabía que la tuberculosis afectaba a los pulmones, pero no a los ojos. Estaba asustada y no sabía cómo reaccionar. ¿Y si la tuberculosis me roba la visión? ¿Podré ver bien? Estas eran algunas de las preguntas que me preocupaban. Pero el experto equipo de médicos despejó todas mis dudas y me ayudó a recuperarme. Ahora estoy bien y he retomado mi rutina normal», dice. Cuando empezó a tomar la medicación y la asesoraron sobre los posibles efectos secundarios, volvió a Yemen. Ahora hace un seguimiento regular a través de consultas de telemedicina y se coordina con los médicos locales. «Como se le diagnosticó pronto, la tuberculosis se limitó a los ojos y no se diseminó. En su última visita a India, había engordado ocho kilos y no tenía fiebre. Su visita de seguimiento está prevista para abril», añade el Dr. Shah.
(*Se ha cambiado el nombre por razones de anonimato)