Todo el mundo busca una forma fácil y factible de perder peso. Por eso, cuando se hizo viral la noticia de que una bebida de café y limón, que puede prepararse con ingredientes que se encuentran fácilmente en la casa, podría eliminar la grasa, la gente la consideró nada menos que una poción mágica. Y aunque hasta la fecha no hay ningún estudio basado en pruebas sobre su eficacia para quemar calorías, la gente sigue con la moda del «café con limón» para mantenerse en forma en su ajetreada vida.
«No hay pruebas ni estudios que sugieran que se pierde peso cuando se toma café y limón, ya sea por separado o en combinación», afirma la nutricionista y escritora Kavita Devgan, especializada en dietas de pérdida de peso e inmunidad.
Entonces, ¿cuál podría ser la lógica de que esto se convierta en una moda dietética? «En parte tiene que ver con la aceptación, de nuevo errónea, de que el café negro no tiene calorías. La cafeína no reduce las calorías, sino que es un supresor del apetito. Así que, si te apetece picar algo o tienes un antojo de comida, un sorbo de café puede servir de relleno. Lo mismo ocurre con cualquier líquido o incluso con el agua. Suelo decir a las personas propensas a picar que beban un vaso de agua antes de coger un paquete de patatas fritas. A la mayoría de ellos no les apetece tomarlas cuando ya se han tomado un vaso o dos. Esa es la razón por la que las modelos de los años 70 y 80 tomaban café antes de su paseo en rampa para matar el hambre. Además, la cafeína es un estimulante que puede acelerar el día. Luego se convirtió en una moda dietética», explica Devgan.
«Luego hubo varios estudios que demostraron que el café aumentaba tu tasa de metabolismo basal (BMR). Esto se debe a que se sabe que la cafeína bloquea el neurotransmisor adenosina y aumenta los neurotransmisores estimulantes como la dopamina. Pero para aumentar realmente su BMR, necesitaría beber cafeína en grandes cantidades, tal vez de 12 a 15 tazas al día. Esto también tendría consecuencias negativas para la salud, como la deshidratación (la cafeína es un diurético), la reducción del sueño y el aumento de la ansiedad. Por no hablar de la adicción a medida que tu cuerpo se adapta a las tazas incrementales. Además, podrías desarrollar una acidez extrema. Para perder peso, no se puede enfermar», añade.
En cuanto al agua de limón, Devgan opina que es rica en vitamina C, antioxidantes, folatos, minerales y baja en grasas saturadas, colesterol y sal. Al ser alcalina, es buena para la salud intestinal y protege contra las infecciones respiratorias. Te ayuda a mantenerte hidratado y es un antídoto contra la retención de líquidos. «De nuevo, no hay pruebas. Por sí sola, no te ayudará a meterte en tus viejos vaqueros, pero como bebida para estar más en forma y dependiendo de tu régimen de actividad física, puede mantenerte en forma. Si alguien cree que está perdiendo peso bebiendo agua de limón y sorbiéndola a lo largo del día, puede ser simplemente porque la persona está haciendo una elección saludable de bebidas, sustituyendo las bebidas azucaradas y ricas en calorías, los refrescos y los batidos», dice Devgan. Los limones, según algunos estudios, contienen alrededor del 139% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C. Por lo tanto, es la fruta maravillosa para todo.
«Además, hay algo que se llama perfil de sabor. Mientras que hay compatibilidad entre el limón y el té, el limón y el café es definitivamente desagradable. Tendrá mucho amargor y picor, y desde luego no se podrá engullir como cualquier otra bebida saludable», dice Devgan. Al final, esta moda no sirve para nada y deberíamos centrarnos en dimensionarnos correctamente en lugar de intentar una pérdida de peso drástica basada en rumores.