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Cinco formas sencillas de afrontar la soledad

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La soledad se está convirtiendo rápidamente en una realidad omnipresente de la vida moderna. Aunque estén rodeados de gente, los individuos comparten experiencias de sentirse desconectados de ellos y descontentos con las relaciones sociales que tienen. Encontrar ese espacio en el que las personas puedan mantener conversaciones significativas, caracterizadas por la autenticidad y que impliquen un verdadero apoyo mutuo, es cada vez más difícil.

La soledad continuada provoca un estado mental en el que la persona puede sentirse muy aislada y sola a la hora de construir experiencias y poder compartir cosas. Se encuentran en una situación en la que todas las personas que conocen parecen estar muy preocupadas y ocupadas. Esto les lleva a pensar de forma negativa, a tener un estado de ánimo bajo y a estar ansiosos. La infelicidad resultante puede hacer que la persona se cuestione el sentido y el propósito de la vida que lleva, haciendo que se pregunte sobre las formas en que puede mejorar cualitativamente.

He aquí algunos factores que hay que tener en cuenta si se experimenta la soledad:

Trabaja para comprender y construir una aceptación de lo que está sucediendo. Al saber de dónde surge tu soledad, podrás hacer esfuerzos más conscientes y concertados para afrontarla eficazmente. Al aceptar lo que sientes, te permites construir y adoptar un enfoque más constructivo para cuidar de ti mismo.

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Busca proactivamente conectar con quienes te rodean en el mundo real. Se pasa mucho tiempo en plataformas y espacios virtuales, lo que resta el valioso tiempo que se puede dedicar a relacionarse con la gente en el mundo real. Es importante tomar la decisión consciente de desvincularse del mundo virtual, hacer una desintoxicación y, en su lugar, hacer hincapié en las conexiones con el mundo real.

Da tanto como buscas recibir en tus relaciones. Es importante valorar y evaluar la forma en que te relacionas para ver si un cambio por tu parte podría ser beneficioso para dar forma a la calidad general de las relaciones que te rodean a largo plazo. A menudo, las personas pueden no ser conscientes de su propia forma de relacionarse, que puede estar contribuyendo a mantener los patrones que refuerzan los sentimientos de soledad.

Dedica tiempo a las actividades que puedes realizar en colaboración con otras personas y que aportan mayor valor a tu vida. Evaluar lo que te gustaría hacer puede ayudarte a mejorar la calidad de tu vida. Limitarse a correr hacia un objetivo difícil de alcanzar no es útil. Es importante reflexionar y permitirse bajar el ritmo para poder seguir conectado con las cosas que realmente importan.

Toma conciencia de la forma en que vives y te sumerges en las experiencias del día a día. Disfruta y saborea los momentos mientras te entregas a diversas actividades. Permítete participar plenamente en lo que estás haciendo en cada momento.

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Hacer frente a la soledad requiere un esfuerzo activo por tu parte. Tomar medidas proactivas puede garantizar que no te afecte de forma más severa en detrimento de la calidad de vida que llevas y de tu bienestar mental y emocional.

Muchos estudios han registrado los impactos de la soledad. Según un estudio de 2014, «la soledad no está causada por estar solo, sino por estar sin alguna relación o conjunto de relaciones definitivamente necesarias.» El estudio continuó sugiriendo que la soledad puede conducir a muchos trastornos psiquiátricos e incluso puede contribuir a problemas de salud física. Un estudio en 2015 encontró cómo la soledad desencadena la liberación de un gen llamado CtrA, que, a su vez, altera la respuesta inmune de una manera que hace que el cuerpo sea más susceptible a la enfermedad. Un estudio de 2018 descubrió que la soledad estaba vinculada a un mayor riesgo de demencia, mientras que un estudio de 2020 descubrió que podría conducir a un mayor riesgo de diabetes. Otro estudio del mismo año mostró cómo la soledad activaba la región cerebral asociada al hambre. Este «hambre» es de contacto humano y compañía emocional.