El bote de la lotería Powerball se ha disparado hasta los 1.500 millones de dólares, lo que supone el quinto mayor bote de lotería de la historia de Estados Unidos. Esto ocurre sólo tres meses después de que un boleto de dicho juego, que se había vendido en Pensilvania, ganara el premio de 200 millones de dólares en efectivo.
Los jugadores de lotería de todo Estados Unidos siguen gastando su dinero en boletos con la esperanza de acertar los seis números ganadores hasta que alguien tenga la suerte de tener todos los números para ganar el bote.
Un impacto negativo en las comunidades de bajos ingresos
Sin embargo, según los críticos, el afán por hacerse rico ganando el bote en cuestión tiene su lado oscuro. Las loterías estatales suelen tener un impacto negativo en las minorías y los grupos de bajos ingresos.
En una entrevista con NPR, Les Bernal, director nacional de una organización sin ánimo de lucro llamada Stop Predatory Gambling, comentó que las loterías estatales eran el «ejemplo más olvidado de racismo sistémico» en Estados Unidos. Dijo que las mencionadas loterías tienen algo de buen marketing y publicidad, pero no tienen regulaciones sobre sus prácticas perjudiciales, que afectan a las comunidades de bajos ingresos, especialmente a las formadas por personas de color marrón y negro.
Timothy Fong, codirector del Programa de Estudios sobre el Juego de la Universidad de California en Los Ángeles, afirmó que algunas personas desarrollan una adicción al juego. Afirmó que la publicidad y el marketing a favor de la lotería pueden verse en casi todas partes y vienen con mensajes muy positivos.
Los grandes botes marcan la norma
Según The Associated Press, a lo largo de los años, los botes gigantes como los de Powerball y Mega Millions se han convertido en una norma, dado que los funcionarios de la lotería adaptaron las reglas del juego y los precios de los boletos para sus jugadores en 2022. En agosto, los funcionarios de Powerball añadieron un día más de sorteo para aumentar los premios y las ventas, respectivamente.
Las comunidades de color y de ingresos modestos son objeto del llamado «juego depredador». Una encuesta indica que en 2021, los ciudadanos de EEUU gastaron casi 105.000 millones de dólares en billetes de lotería. Una investigación de las loterías estatales realizada por primera vez en todo el país por el Howard Center for Investigative Journalism de la Universidad de Maryland indica que «los vendedores de lotería estatales se agrupan de forma desproporcionada en las comunidades de menores ingresos.»
En algunos estados de EE.UU., las encuestas muestran que hay minoristas de lotería estatal principalmente en los barrios negros y latinos.
Minoristas o Estados
Fong, que estudia las características clínicas de los trastornos relacionados con el juego, afirmó que algunas prácticas del sector del juego están indudablemente diseñadas para aprovecharse de las comunidades expuestas al riesgo. Comentó que, en primer lugar, las autoridades reguladoras gubernamentales deberían identificar quién es el responsable de poner fin a estas prácticas, que afectan a las comunidades vulnerables: los minoristas o los estados.
Cuando las loterías estatales se pusieron en marcha por primera vez en EE.UU., su premisa original consistía en recaudar fondos para la educación o el mantenimiento de carreteras y parques, según el Instituto Americano de Investigación Económica. Sin embargo, la investigación del Howard Center identificó que las loterías estatales no cumplían su promesa de apoyar la educación. Por el contrario, a menudo crean desproporción al beneficiar a los distritos escolares más ricos en lugar de apoyar a los más necesitados.