Bellingat, un portal especializado en periodismo de investigación, ha sido declarado «indeseable» en Rusia, tras ser incluido en la ya famosa -en el sentido negativo del término- lista de «agentes extranjeros». La Rusia de Putin continúa esta batalla con los periodistas y los medios de comunicación que intentan expresar sus puntos de vista distintos a los transmitidos por los funcionarios del Kremlin.
Hace ya 10 años, Vladimir Putin decidió que necesitaba una primera palanca para silenciar las protestas de la oposición, la controvertida ley de «agentes extranjeros».
La señal de que la Federación Rusa estaba decidida a «ajustar cuentas» con las personas y organizaciones incómodas para el Kremlin llegó en 2012, y la oposición -poco vitaminada, sin embargo, y la mayoría de las veces con peligro de una fatal bajada de azúcar- se encontró también con una bola de hierro a sus pies.
En julio de ese año, el parlamento ruso aprobó una ley sobre los llamados «agentes extranjeros», que obliga a las ONG rusas a registrarse en el Ministerio de Justicia de la Federación Rusa como «organizaciones que desempeñan funciones de agentes extranjeros» si reciben financiación del extranjero y realizan actividades vagamente descritas como «actividades políticas».
Las autoridades rusas y la amenaza a la «seguridad del Estado»
Para las autoridades de la Federación Rusa, encabezadas por Vladimir Putin, cualquiera que no respete la «letra de la ley» impuesta por el Kremlin es un enemigo del Estado, que «hace el juego» a Estados Unidos y a Occidente. El portal Bellingat, cuyas investigaciones han «molestado» al Kremlin, ha sido acusado de suponer una «amenaza» para el orden constitucional y la seguridad de la Federación Rusa.
El portal Bellingcat destaca desde hace tiempo por las investigaciones que han sacado a la luz la implicación de los servicios de inteligencia rusos en envenenamientos, asesinatos, explosiones y otras operaciones controvertidas llevadas a cabo tanto dentro del país como en el extranjero, especialmente en Europa, señala adevarul.ro.
El periodista Hristo Grozev dijo que, con la decisión de declarar a Bellingcat organización «indeseable» en Rusia «El Kremlin no quiere otra cosa que criminalizar cualquier colaboración o incluso referencia a los artículos del portal».
Por otro lado, en el contexto de una censura cada vez más dura en la Rusia de Putin, La información privilegiada – sitio de noticias con sede en Letonia – y Iniciativa de Derecho de Europa Central y del Este (CEELI) también corren el riesgo de ser calificadas por las autoridades rusas como organizaciones «indeseables».
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