El líder del grupo Estado Islámico en Siria ha muerto este martes en un ataque de un dron de la Fuerza Aérea estadounidense. Maher Al-Agal, considerado como «uno de los cinco líderes de más alto rango» del EI, fue asesinado mientras conducía una motocicleta cerca de la ciudad de Jindires.
Su asesor más cercano resultó «gravemente herido», dijo a la AFP el portavoz del Mando Central del Pentágono, el teniente coronel Dave Eastburn, según Reuters.
La liquidación de Maher Al-Agal es un nuevo golpe contra los esfuerzos del grupo islamista por reorganizarse como guerrilla tras perder gran parte del territorio que controlaba.
«Esta operación se planificó intensamente para garantizar su realización. Un análisis inicial indica que no hay víctimas civiles», añadió la fuente.
Además, señala también el Mando Central del Pentágono, al-Agal era responsable de desarrollar las redes del ISIS fuera de Irak y Siria.
El 3 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la muerte del antiguo líder del grupo Estado Islámico, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, que se inmoló durante una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en el noroeste de Siria, región bajo control yihadista. Su muerte, así como la del antiguo portavoz del grupo, fue confirmada por el Estado Islámico el 10 de marzo.
Apodado «el maestro» o «el destructor», Amir Mohammed Said Abdel Rahman al-Mawla, yihadista con varias identidades presentado por el grupo yihadista como Emir Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, había participado, entre otras cosas, en la coordinación de la masacre de la minoría yazidí de habla kurda.
La organización yihadista Estado Islámico (EI) prometió en abril vengar la muerte de su antiguo líder y llamó a sus partidarios a aprovechar la guerra en Ucrania para reanudar los atentados en Europa.
Tras un ascenso meteórico en 2014 en Irak y Siria y la conquista de vastos territorios, el autoproclamado califato del IS cayó tras sucesivas ofensivas en esos dos países en 2017 y 2019 respectivamente, añade AFP, citada por Agerpres.
Pero el grupo Estado Islámico mantiene una presencia en gran medida clandestina en Irak y Siria y «lidera una insurgencia sostenida a ambos lados de la frontera entre ambos países», según un informe de la ONU publicado el año pasado. En Irak y Siria, la organización yihadista mantendría «un total de 10.000 combatientes activos», según la misma fuente.