Los gobiernos de todo el mundo tienen los ojos puestos en las criptomonedas y el objetivo es regularlas. Muchos reguladores ya han empezado a explorar las posibilidades de regulación y algunos han hecho buenos progresos, como China, que prohibió las criptomonedas el año pasado, y la Unión Europea, que ahora está considerando hacer cambios importantes.
El gobierno de Singapur se ha sumado a la tendencia de estudiar la regulación de las criptomonedas. Según las últimas noticias, está estudiando la posibilidad de implantar nuevas normas que complementen algunas anteriores que el país ya había desarrollado.
El objetivo de esta regulación no es otro que garantizar la seguridad de los inversores, pero también la del sistema económico para evitar problemas en el futuro. Por esta razón, Singapur está adoptando una actitud restrictiva hacia las criptomonedas y se espera que la nueva normativa impida, en cierta medida, que los inversores minoristas participen en el mercado y en determinados tipos de transacciones con criptomonedas.
Cabe señalar que el interés de Singapur por aplicar estas restricciones no es fortuito. De hecho, es producto de los cambios que ha sufrido el mercado de las criptomonedas en los últimos meses. Según el Gobierno, la tendencia del mercado refleja la inestabilidad de las criptomonedas y sus precios altamente especulativos que acaban afectando a los inversores y al público en general.
Para el gobierno de Singapur, los últimos acontecimientos del mercado han sido un punto de inflexión para que se inicien cambios importantes. Con la caída del precio de las criptodivisas, el Ministro Principal y responsable de la Autoridad Monetaria de Singapur dijo que las criptodivisas serán examinadas de cerca para satisfacer las necesidades y proteger a los consumidores.
Singapur contra las criptomonedas
Un número creciente de países se ha vuelto contra las criptomonedas. El Ministro de la Autoridad Monetaria de Singapur es uno de los principales enemigos de las criptomonedas. En enero de este año, Tharman, responsable de la entidad, introdujo una restricción que impedía la publicidad de criptomonedas en espacios públicos.
Además, prohibió la publicidad de las criptomonedas como si fueran algo inocuo, y no como si realmente fueran una inversión con un cierto nivel de riesgo que todos los inversores deben conocer. Según Tharman, los proveedores de servicios de criptomonedas han cumplido con las nuevas restricciones, pero parece que esto no es suficiente.
Por ello, en Singapur se redactó la Ley de Servicios de Pago, que otorga a la autoridad monetaria del país la facultad de adoptar nuevas medidas que puedan garantizar la protección de los inversores. Se espera que los cambios normativos ayuden a mantener la estabilidad financiera del país y a preservar la eficiencia de la estructura económica tradicional que el gobierno busca claramente proteger.
Hasta ahora, la información sobre las restricciones es escasa, pero Tharman dijo que las nuevas restricciones para proteger a los consumidores podrían incluir límites a la venta al por menor. En otras palabras, los inversores minoristas sólo podrán invertir una cierta cantidad de dinero en criptomonedas durante un determinado periodo de tiempo para evitar inversiones masivas y arriesgadas.
Se necesita una regulación global
Tharman y la Autoridad Monetaria de Singapur están trabajando para proteger a los consumidores, pero uno de los puntos señalados por el regulador es que se necesita una regulación global. Dado que las criptomonedas pueden operar sin fronteras, si un país tiene regulaciones que prohíben su uso o protegen a los consumidores, pero otro país aprueba una criptomoneda como moneda de curso legal, no hay congruencia. Esto deja a los inversores con opciones de uso de criptodivisas que podrían afectar a la economía mundial.
Por ello, Tharman propone la necesidad de coordinar los esfuerzos regulatorios y la cooperación mundial en materia de criptomonedas. Si todos los países deciden proteger a los inversores, se contribuirá a proteger la integridad de los consumidores de todo el mundo. Así será un poco más seguro usarlas sin necesidad de prohibirlas completamente como han hecho otros países.
De hecho, la posibilidad de una regulación global ya se ha planteado muchas veces. El G7 ha declarado que es esencial que los gobiernos se unan para crear una normativa completa que pueda proteger a los inversores.
El gran problema es que regular las criptomonedas no es fácil, y la solución más fácil es prohibirlas como ha hecho China. Por eso el siguiente paso sería que los bancos centrales desarrollaran monedas digitales y luego exploraran las posibilidades de una regulación global. El problema es que esto puede llevar más tiempo del esperado.
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