Un extraño incidente tuvo lugar en la ciudad ucraniana de Chernivtsi. Un avión de combate ruso Su-34 se estrelló contra el techo de una casa.
La familia que vivía en ese edificio escapó milagrosamente después de que el avión se estrellara.
No tuvo tanta suerte un hombre, Vitali Serhienko, que vivía a pocas cuadras de distancia. Luego de que el piloto del avión ruso lograra catapultarse en el techo de su casa, Serhienko se dio cuenta de lo que estaba pasando e intentó, junto a su cuñado, Serhi Tkacenko, atrapar al piloto.
Este último, sin embargo, disparó fatalmente a Serhienko en el pecho, según su cuñado.
El piloto no tuvo tiempo de tirar las bombas que tenía en el avión
Iulia Hrebnieva, propietaria de la casa donde se estrelló el avión, dice que lo más probable es que el piloto hubiera arrojado varias bombas desde el avión, pero no las atrapó, según Adevărul.
«Si estas bombas (que llevaba el avión) hubieran caído sobre Chernivtsi, habría habido muchas más víctimas», dice Yulia Hrebnieva meses por casualidad.
“Nuestra casa lo detuvo”, dice la mujer, desde las ruinas.
Lamentablemente, el accidente dejó otra víctima. Las llamas provocadas por el accidente aéreo se extendieron a una casa cercana, donde un anciano estaba inmovilizado en una cama. Murió carbonizado.
El esposo de Julia sufrió quemaduras en las manos y la cara, pero logró sacar a su esposa y sus cuatro hijos del sótano, donde se habían escondido.
«Si la puerta no se hubiera abierto, habríamos muerto quemados. Los ladrillos caían constantemente, todo había comenzado a temblar”, recuerda Iulia.
Finalmente, el piloto ruso fue atrapado por una brigada de voluntarios de Chernivtsi. Los voluntarios escucharon la explosión y captaron el momento en que el piloto se catapultó, por lo que fueron tras él.
Según un video grabado por un soldado ucraniano, el piloto, Aleksandr Krasnoyartsev, fue encontrado acostado boca arriba, lleno de sangre. Se rindió, rogando a los soldados que no le dispararan.