Suecia ha intentado reformar su panorama de juegos de azar y hacerlos crecer al mismo tiempo que los jugadores se sienten más seguros parece ser un obstáculo polarizante que está estancando el proceso. Los que se inclinan más por el lado empresarial del problema sugieren flexibilizar la regulación para que el mercado tenga más espacio para crecer. Sin embargo, también hay quienes se oponen, criticando que el crecimiento sin mejorar la prevención de los daños del juego no es sostenible.
Equiparar los bonos a los bienes caducados
Una publicación en el blog de la empresa ATG Gaming lleva un mensaje del director general del operador de carreras de caballos sueco, Hasse Lord Skarplöth. Según una traducción del post, Skarplöth piensa que las bonificaciones son «vergonzosas», ya que hacen parecer que el producto -en este caso, el juego- no tiene suficientes méritos por sí mismo.
Llegó a comparar esto con un «exceso de productos enlatados caducados». Incluso calificó de «trampa» y «idea estúpida» el hecho de ofrecer bonos, comentando que ATG había optado por intentar ofrecer bonos hace unos años, y no sólo le pareció mal, porque impulsa la «adicción al juego», sino que tampoco fue una estrategia exitosa, ya que aparentemente, no consiguió atraer «nuevas incorporaciones de clientes».
Skarplöth comentó que no es «posible poner signos de igualdad entre ser el más grande y ser el mejor» porque esto «no se permite ni por un segundo» si eres el más grande. Sostiene que «una oferta de bonificación, por muy mundana que sea» puede ser un desencadenante de la recaída en el juego problemático para los jugadores vulnerables, de ahí que «las bonificaciones y el juego sostenible no funcionen en absoluto».
Para algunos, esto parece crear una situación de «Catch-22», especialmente para aquellos que ven las bonificaciones como un instrumento para atraer y retener a los clientes. ¿Cómo puede crecer la empresa si una de sus mejores herramientas para atraer y retener clientes está fuera de la mesa? Esta es la pregunta que plantean los que no están de acuerdo con Skarplöth.
Las reformas del juego desatan la polémica
El Dr. Nima Sanandaji es una de esas personas, y llega a afirmar que al no permitir las bonificaciones en el mercado regulado, los jugadores se vuelcan en el mercado negro, lo que a su vez es perjudicial para la economía sueca porque se traduce en ingresos fiscales no realizados.
En mayo de este año se publicó un informe del que fue autor el Dr. Sanandaji en nombre de Branschföreningen för Onlinespel (BOS), la asociación sueca del sector del juego online. En él, el Dr. Sanandaji explica sus conclusiones de que negar las bonificaciones a los más fieles y a «los consumidores más jugones» les lleva a abandonar las plataformas reguladas en favor del juego en el mercado negro, que casualmente sí ofrece bonificaciones. Se puede argumentar que estos mercados son aún más peligrosos para los jugadores, ya que la falta de regulación también implica la ausencia de las salvaguardias que exigen las normas del sector.
Este es un debate muy importante, ya que el gobierno sueco propuso una serie de cambios en la regulación del juego en el país, todos ellos destinados a hacer del mercado sueco del juego uno más seguro y sostenible. Sus propuestas incluyen la ampliación de la jurisdicción y el aumento de la influencia de la Autoridad Sueca del Juego tiene arreglos para el amaño de partidos, y mucho más, incluyendo la prohibición de los bonos.
Lo que los cambios propuestos significan para las empresas, si se aplican en su forma actual en 2023, se reduce a una regulación más estricta y más salvaguardias para los consumidores, por lo que los cambios propuestos están definitivamente más centrados en el usuario. ATG parece estar de acuerdo con esta vía, y la empresa está apoyando un mercado más centrado en el usuario no sólo con su autoimposición de prohibir los bonos antes de tiempo.
A principios de este año, ATG informó a Spelinspektionen -el regulador sueco del juego- de una deficiencia de dos semanas en su programa de autoexclusión al no tener la opción disponible para ciertos jugadores en el espacio comprendido entre el 13 y el 28 de enero por un problema técnico.
ATG fue multada con 2 millones de coronas suecas (aproximadamente 188.434 dólares en ese momento) como resultado. Aunque esto puede parecer excesivo, ya que ATG denunció el problema técnico y sólo afectó a una parte concreta de sus jugadores, el problema sigue siendo importante para el mercado sueco, sobre todo teniendo en cuenta que sólo el mes pasado el programa de autoexclusión sueco alcanzó los ochenta mil registros.