El Ministro de Industria checo ha propuesto limitar los ingresos de las empresas energéticas. En un documento legislativo publicado por el Gobierno de Praga, se afirma que los ingresos de las grandes empresas en el mercado energético deben tener un tope de entre 70 y 230 euros por MWh.
Con este plan, el gobierno checo quiere conseguir 15.000 millones de coronas (algo más de 600 millones de euros) para el presupuesto, según los cálculos financieros realizados por las autoridades del ramo.
Primer efecto: las acciones de CEZ, ¡pérdidas en bolsa!
Inmediatamente después de la propuesta del Ministro de Industria, las acciones de la mayor empresa eléctrica checa, CEZ (también presente en el mercado rumano), cayeron un 2%.
El límite de ingresos se basa en un acuerdo a nivel de la UE para retener los ingresos de los generadores de electricidad que superen los 180 euros por MWh para financiar los planes nacionales de compensación a los clientes afectados por el aumento de los precios de la energía. Según el acuerdo alcanzado en Bruselas, los Estados miembros de la UE pueden cambiar el límite en cualquier dirección, dependiendo del tipo de central eléctrica. En total, se espera que la limitación aporte más de 117.000 millones de euros de ingresos en toda la UE.
La República Checa ha optado por retener el 90% del exceso de ingresos, en lugar del 100% que permite la normativa de la UE, informa intellinews.com.
La propuesta rebaja el tope general de 180 euros por MWh, por encima del cual los ingresos son retenidos por el Estado, a 70 euros para las centrales nucleares, que son explotadas por la CEZ. El tope para las renovables será de 180 euros por MWh. Para las plantas de lignito más pequeñas, con una producción de hasta 140 MWh, el tope será de 170 euros, y para las más grandes, de 230 euros. En el caso de las centrales de biomasa, los límites máximos son de 200 y 230 euros, según el tipo de combustible.
El tope, válido hasta finales de 2023
La nueva legislación propone imponer un tope a los ingresos desde el 1 de diciembre de 2022 hasta finales de 2023, medio año más que el reglamento de la UE.
La Cámara Baja del Parlamento checo también ha aprobado la imposición de un impuesto del 60% sobre los beneficios excesivos de las empresas energéticas y los grandes bancos, respaldando los planes del gobierno de Praga de utilizar el dinero para financiar medidas de mil millones de euros para mitigar el impacto del aumento de los precios de la energía. El Gobierno espera recaudar unos 85.000 millones de coronas checas (más de 3.000 millones de euros), es decir, alrededor del 1,2% del PIB, con la tasa en 2023, y niveles inferiores en 2024 y 2025. El impuesto se aplicará a los beneficios que superen el 120% del nivel medio en 2018-2021 y se aplicará además del 19% del impuesto de sociedades.
Otros Estados miembros de la UE también han anunciado un impuesto sobre los beneficios excesivos de las empresas de petróleo y gas como parte de las medidas de emergencia para ayudar a los consumidores.
El gobierno de Praga quiere gravar los beneficios excesivos de las empresas energéticas, como la estatal CEZ, y de los bancos, que han visto aumentar sus beneficios después de que el Banco Central Checo subiera los tipos de interés para contrarrestar la inflación. Además de CEZ, se verán afectados la refinería ORLEN Unipetrol y los seis mayores bancos del país: CSOB, Ceska Sporitelna, Komercni Banka, UniCredit, Raiffeisenbank y MONETA.