El ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, afirma que Rusia hará todo lo posible para proteger los intereses de la población rusoparlante de la República de Moldavia.
Más de tres meses después del inicio de la «operación especial», el jefe de la diplomacia rusa tiene un nuevo mensaje para el Estado moldavo.
«Haremos todo lo posible para que los intereses de la población rusoparlante de Moldavia no se vean afectados en modo alguno», dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso.
Sergei Lavrov citó la situación en Transnistria y Gagauzia, después de decir hace dos meses que Occidente quiere convertir a Moldavia en una segunda Ucrania.
«No olvidemos que, además de Transnistria, está Gagauzia, en Moldavia, que también reclama un estatus especial. Por cierto, tiene algunos elementos de un estatus especial. Y creo que los dirigentes moldavos harán lo correcto si dejan de jugar a los juegos geopolíticos impuestos por Occidente y piensan en los intereses de los pueblos que conviven con ellos», dijo Sergei Lavrov en la cadena de televisión B1. Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso acusó a Chisinau de mendigar en el caso del suministro de gas natural.
Según datos oficiales citados por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía, publicados en 2017, la población estable de Moldavia era de 2.998.235 habitantes (excluyendo la población de la orilla izquierda del río Dniéster y Tighina/Bender), lo que supone un descenso de 2.200 personas respecto al año anterior. La lengua oficial del Estado moldavo es el rumano, que se utiliza en todas las esferas de la vida política, económica, social y cultural, incluidas las instituciones estatales y la administración pública central y local.
El presidente moldavo, Maia Sandu, ha pedido la retirada de las tropas rusas de Transnistria, un expediente que se arrastra desde hace treinta años. Las declaraciones de la dirigente moldava se produjeron el miércoles durante una rueda de prensa conjunta con el presidente Klaus Iohannis, durante su visita oficial a Chisinau y después de que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa reconociera oficialmente a Transnistria como territorio ocupado por la Federación Rusa.
La República de Moldavia se enfrentó desde el principio al problema del separatismo, que llevó al estallido de un conflicto en la región de Transnistria (1992). Transnistria, donde la población de habla rusa es mayoritaria, declaró su independencia de Moldavia en 1990, y en julio de 1992, los presidentes de Moldavia y de la Federación Rusa -Mircea Snegur y Boris Yeltsin- firmaron el Acuerdo sobre los Principios de Solución del Conflicto Armado en la Región de Transnistria de Moldavia, que, entre otras cosas, establecía un formato trilateral de consolidación de la paz.