Las mujeres son menos propensas a desarrollar enfermedades del corazón, especialmente a edades tempranas, debido a un mejor perfil de riesgo en comparación con los hombres, según un reciente estudio publicado en The Lancet. Además, estableció cómo los patrones de los factores de riesgo y su asociación con las personas que contraen enfermedades cardíacas siguen siendo los mismos en los países de ingresos bajos, medios y altos. El estudio se realizó sobre 1,56 lakh de personas de 21 países.
Entonces, ¿cuántos hombres y mujeres desarrollaron enfermedades cardíacas en el estudio?
A lo largo de los diez años de seguimiento de los 1,56 lakh de participantes, el 4,7% de las mujeres y el 7,6% de los hombres sufrieron una enfermedad cardiovascular grave. Cuando se estandarizó la edad -la media de edad de los hombres era ligeramente superior a la de las mujeres-, los investigadores descubrieron que la incidencia de episodios cardíacos era de 5 por cada 1.000 personas-año en las mujeres y de 8,2 por cada 1.000 personas-año en los hombres.
«Las mujeres tienen un perfil de riesgo cardiovascular más favorable que los hombres, especialmente a edades tempranas. Este hallazgo se vio respaldado por unas tasas más bajas de enfermedades cardiovasculares graves en las mujeres que en los hombres», señala el estudio.
Según el estudio, esto no se debe a que los factores de riesgo sean muy diferentes en las mujeres, sino a que éstas desarrollan muchos de los factores de riesgo -como los niveles altos de colesterol- más tarde en la vida.
¿Cuáles son los factores de riesgo en hombres y mujeres?
En cuanto al perfil de riesgo, el estudio descubrió que la presión arterial sistólica (presión en las arterias cuando el corazón late) aumentaba con la edad tanto en hombres como en mujeres, pero los niveles medios tendían a ser más bajos en las mujeres. Del mismo modo, los niveles de glucosa en sangre en ayunas aumentaban con la edad en ambos sexos, pero eran ligeramente inferiores en las mujeres que en los hombres hasta los 55-70 años.
Una vez más, la relación entre la cintura y la cadera -que puede dar una medida más precisa de la grasa del vientre que el IMC- resultó ser sistemáticamente más baja en las mujeres que en los hombres en todas las categorías de edad. Una mayor proporción de hombres eran fumadores o exfumadores, consumían alcohol y realizaban poca actividad física.
Por el contrario, los niveles medios de colesterol no-HDL o los colesteroles malos aumentaban con la edad en las mujeres, pero no en los hombres. De hecho, la concentración de todos los lípidos aumentó en las mujeres con la edad, pero no se observó un patrón similar en los hombres. También hubo más mujeres que manifestaron síntomas de depresión.
Los factores de riesgo asociados a un acontecimiento cardiovascular importante también eran ligeramente diferentes en hombres y mujeres: el colesterol no-HDL elevado estaba más fuertemente asociado a las enfermedades cardiovasculares importantes en los hombres que en las mujeres, mientras que los síntomas de depresión estaban más fuertemente asociados en los hombres. La hipertensión fue el principal factor de riesgo de enfermedad cardiovascular tanto en las mujeres como en los hombres, seguido de la obesidad abdominal en las mujeres y del colesterol no-HDL elevado en los hombres.
«Las mujeres y los hombres tienen factores de riesgo similares, lo que subraya la importancia de una estrategia similar para la prevención de las enfermedades cardiovasculares en hombres y mujeres», dijo en un comunicado la primera autora del trabajo y becaria de investigación del Instituto de Investigación en Salud de la Población (PHRI) de la Universidad McMaster, Marjan Walli-Attaei.
Sin embargo, la dieta estaba más fuertemente asociada con el riesgo en las mujeres que en los hombres, «algo que no se había descrito anteriormente y que requiere una confirmación independiente», dijo Salim Yusuf, director ejecutivo del PHRI, profesor de medicina en McMaster.
Entonces, ¿qué hay que hacer?
Como muestra el estudio, los hombres tienen niveles más altos de factores de riesgo metabólico a edades más tempranas, por lo que los investigadores sugieren que el control de los factores de riesgo se inicie a una edad aún más temprana en los hombres que en las mujeres.
Los autores también sugirieron que era necesario realizar estudios para comprobar si la menopausia podía ser un factor de riesgo independiente para las enfermedades cardíacas, ya que en otros estudios que sí siguieron a mujeres pre y postmenopáusicas se observó que el aumento de los niveles de colesterol malo era más sustancial de lo que podía atribuirse a la edad. Sin embargo, esto no entraba en el ámbito del estudio actual.
Los investigadores, refiriéndose a otros estudios, también dijeron que el uso de estatinas puede ayudar a reducir el colesterol malo, reduciendo así el riesgo de forma significativa en hombres y mujeres.
Los investigadores también dijeron que el tabaquismo era un factor de riesgo para hombres y mujeres en todo el mundo, y que la diferencia en los patrones de tabaquismo reflejaba la diferencia en los niveles de enfermedades cardíacas y no un riesgo reducido inherente al tabaquismo. «Los efectos nocivos del tabaquismo, que están bien establecidos, ponen de relieve la importancia de las iniciativas destinadas a aumentar las tasas de abandono del tabaco y a disminuir las tasas de iniciación en todos los fumadores, independientemente del sexo biológico», señala el estudio.