Amber Luke, de Brisbane (Australia), gastó más de 250.000 dólares para cubrir casi todo su cuerpo con tinta.
En un post de Instagram contó que tras una «operación chapucera» en los ojos, y la tinta inyectada la dejó «completamente incapacitada» para ser independiente y que incluso empezó a llorar «lágrimas azules».
«Hace cinco años que perdí la vista durante tres semanas», escribió.
«Fue un procedimiento insoportable, tuve que soportar cuatro inyecciones en cada uno de mis globos oculares. Lloré lágrimas azules durante dos días después de la intervención», relató.
La decisión de la joven, bastante conocida en las redes sociales, ha desatado la polémica entre sus seguidores, que le han pedido que deje de hacerlo, pero ella dice que todo «ha merecido la pena».
«Ahora he visto lo resistente que soy», dijo sobre el estrés extremo al que expuso su cuerpo, escribe la publicación Lad Bible.
Amber Luke, de 27 años, se ha hecho un total de más de 600 tatuajes, y la transformación le llevó siete años, durante los cuales sufrió convulsiones y ceguera temporal.
