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Incendiaria hipótesis vinculada a la desaparición de Mădălinea Cojocari, la niña buscada por el FBI en Estados Unidos: «Siempre pensaba que alguien la seguía»

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La tía de la niña ha dado a conocer detalles incendiarios sobre la desaparición de Madeline Cojocari, la niña buscada por el FBI en Estados Unidos. Dice que la madre de Madeline la buscó durante tres semanas sola y temía alertar a la policía por culpa de su marido.

«Me contó que esta mañana se despertó con náuseas, vómitos, mareos, un dolor de cabeza muy fuerte y lo primero que hizo fue ir a la habitación de la chica para ver dónde estaba y si estaba bien. Cuando fue a la habitación vio que no había nadie.

La buscó sin parar, día y noche, lo mejor que pudo, ella sola. Tenía todas las esperanzas y posibilidades de encontrarla en los barrios, por toda la zona donde vivían.

Aproximadamente un día antes de que la encerraran, el 13 y 14 de diciembre, me dijo que ella no era la chica y que sentía mucho lo que había pasado y que su mayor deseo era que su hija volviera a verla y no sé, que todo se arreglara. Ella suponía que él, pero con un gran miedo me contó todos estos momentos con un miedo de él, no sé, y probablemente de mi comprensión cuando ella dijo acerca de él, ella tenía mucho miedo de lo que dijo. Ella no quería culparlo de alguna manera». dijo la tía de Madeline a Antena 3.

«Se sintió seguida»

La tía de la niña aconsejó a la madre de Madeline que acudiera a la policía, cosa que hizo Diana Cojocari.

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«Se lo dije, le dije: ‘¡Diana! Si se trata de tu hija, no puedes quedarte a buscarla, ¡América es grande! ¡Hazlo! ¡Adelante! ¡Haz algo! E inmediatamente fue a la escuela, así que lo entendí. Denunció la desaparición de la niña en el colegio. Y entonces ella y la escuela acudieron a la policía. Esa es la versión correcta. Aunque alguien escriba que el colegio lo denunció sin que Diana lo dijera, no es cierto. Así que Diana fue a la escuela».

Diana Cojocari también le dijo que sentía que la seguían. Tenía miedo de su marido, un estadounidense de 60 años, del que pensaba que estaba pinchando su teléfono y los archivos de su casa.

«Siempre pensaba que alguien la vigilaba. Eso es lo que me decía al respecto. Durante dos años manifestó que alguien la seguía, tanto cuando iba al colegio como cuando salía de compras», dijo la tía de Madeline.

Madre y padrastro en prisión preventiva

Los padres -la madre, Diana Cojocari, de 37 años, y el padrastro, Christopher Palmiter, de 60- fueron detenidos el 17 de diciembre y acusados en virtud de una ley de Carolina del Norte que obliga a los tutores a notificar a la policía en un plazo razonable» la desaparición de un menor. Ambos no denunciaron la desaparición de Magdalena hasta tres semanas después de que la niña desapareciera.

Los dos «claramente» saben más de lo que han dicho a los investigadores, dijo el martes la policía local. El Departamento de Policía de Cornelius Township proporcionó información actualizada sobre las medidas adoptadas -con la ayuda del FBI y la Oficina de Investigación del Estado de Carolina del Norte- en los 12 días transcurridos desde que se denunció la desaparición de Madeline Cojocari.

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«Este es un caso grave de un niño cuyos padres claramente no nos están diciendo todo lo que saben»

«Sabemos que todo el mundo tiene muchas preguntas», dijo la capitana Jennifer Thompson en un vídeo publicado en Facebook.

«También tenemos preguntas y estamos haciendo todo lo posible, con la debida autoridad legal, para obtener esas respuestas. Se trata de un caso grave de un niño cuyos padres claramente no nos están contando todo lo que saben», declaró, según Abcnews.go.com.

Los padres de la niña dijeron a los investigadores que llevaba desaparecida desde el 23 de noviembre, pero no avisaron a las autoridades hasta el 15 de diciembre, según un informe policial.

El FBI hizo públicas unas imágenes de vídeo que datan del 21 de noviembre, que se cree que son las últimas imágenes de la niña, cuyos padres no fueron notificados de su desaparición hasta tres semanas después.

El vídeo, de 20 segundos de duración, muestra a la alumna de sexto curso vestida con una camiseta y una mochila, arreglándose el collar y el pelo mientras baja del autobús escolar poco antes de las 17.00 horas del 21 de noviembre.