El hijo de una pareja multimillonaria asesinada en 2017 ha triplicado una recompensa en metálico por información sobre los asesinatos sin resolver. Se siente frustrado por la falta de avances en la investigación y por las tensiones generadas en el seno de la familia tras la muerte de los dos empresarios.
Barry Sherman, fundador del gigante farmacéutico Apotex, y su esposa, Honey, fueron asesinados en su casa de Toronto el 13 de diciembre de 2017.
Un agente inmobiliario los descubrió dos días después en la zona de la piscina del sótano de su casa con los cinturones enrollados al cuello y atados a la barandilla de la piscina.
En 2021, los investigadores pidieron ayuda al público para identificar a la «persona que caminaba» por una acera y que parecía «altamente sospechosa», según la policía.
Las fuerzas del orden creen que el individuo puede estar relacionado con los asesinatos, pero aún no han podido identificarlo, informa The Guardian.
Jonathon Sherman, el hijo de los dos multimillonarios de Toronto muertos, ha enviado un nuevo mensaje, en CBC Toronto.
Según él, la investigación no puede concluir hasta que los responsables del «acto perverso» rindan cuentas. El hombre dice sentirse abrumado por el dolor, la pérdida y la tristeza, «sentimientos que cada vez son peores».
Recientemente, Alexandra Krawczyk, hermana de Jonathon Sherman, confirmó que la recompensa de 7 millones de euros de la familia no ha sido reclamada, de momento.
Jonathon ha añadido ahora otros 17 millones de euros de su propio dinero para aumentar la recompensa a 24 millones de euros.
En los últimos años, Jonathan ha afirmado que Alexandra sugirió un posible papel para él en la muerte de sus padres, lo que ha causado una importante ruptura en la relación entre los dos hermanos.
Los Sherman, envueltos en una polémica política
Bernard Charles «Barry» Sherman (1942-2017) fue un empresario canadiense, fundador y consejero delegado de la empresa farmacéutica Apotex Inc, con una fortuna de 3.200 millones de dólares en el momento de su muerte. Según Forbes, Sherman era el duodécimo hombre más rico de Canadá.
En 1971, Sherman se casó con Honey, que destacó por su filantropía y participó en numerosas juntas benéficas.
En 2017, los Sherman decidieron vender su casa de Old Colony Road, en Nueva York, y mudarse a Forest Hill, cerca de Toronto, donde tenían varios amigos y socios comerciales. Honey compró el terreno en noviembre de 2016. Los multimillonarios querían demoler la casa existente y construir allí un edificio de 1.500 metros cuadrados, con piscina, tejado retráctil y un enorme garaje. Sus planes se aprobaron en junio de 2017.
El 12 de diciembre de 2017, Honey faltó a una reunión con el patronato de la Fundación Baycrest Centre, un gesto inusual por parte del empresario. Ella respondió por correo electrónico, diciendo que tenía algunos negocios.
Al día siguiente, los Sherman se reunieron en la sede de Apotex, donde hablaron del diseño de la nueva casa en el despacho de Barry. Honey planeaba irse de vacaciones a Miami, y Barry se reuniría con ella una semana después. Fue la última vez que se les vio con vida.
Esa noche, tras regresar a casa, Sherman envió un correo electrónico rutinario a su personal de Apotex anunciando el desarrollo de un nuevo fármaco. Esa noche no llamó a nadie más, algo poco habitual en el multimillonario, que sufría de insomnio.
Multimillonarios asesinados en sus propias casas
El 14 de diciembre, al día siguiente, no acudió a la sede de Apotex. En la mañana del 15 de diciembre, los cadáveres de los dos multimillonarios aparecieron en el suelo, cerca de la piscina de su propiedad.
Sus muertes se consideraron «sospechosas» y, tras una segunda autopsia, los forenses determinaron que los dos ricos habían sido asesinados.
Los documentos judiciales presentados en enero de 2022 incluían declaraciones de la hermana de Honey, Mary Shechtman, quien sugirió que el responsable de la muerte de los dos multimillonarios quería «demostrar algo» y que todo tendría connotaciones religiosas. «Los Sherman apoyaban firmemente a Israel y Honey era muy elocuente desde el punto de vista judío», afirma Shechtman. «En aquella época pasaba mucha gente por la casa, de diferentes religiones y etnias, y Honey utilizaba frases políticamente incorrectas». Según Schechtman, seis meses antes de los asesinatos, Honey asistió a una clase sobre «cómo se puede dejar de financiar a los fundamentalistas musulmanes». Según la hermana de la víctima, Honey creía que cortando el dinero, los terroristas ya no podrían cometer atentados. «Barry financiaba estas conferencias con Honey», dijo Shechtman.
